“Ay, ay, ay, qué risa que me da, si no dan los ingresos qué quilombo se va a armar”, cantaban investigadores, becarios, docentes y estudiantes en el hall del Ministerio de Ciencia y Tecnología, ayer pasado el mediodía. Reclamaron un encuentro con el ministro Lino Barañao, que finalmente los recibió pasadas las 15.30. Allí, representantes de ATE-Conicet, Científicos y Universitarios Autoconvocados y Jóvenes Científicos Precarizados (JCP), entre otras organizaciones, exigieron que se abra el ingreso a la carrera de investigador del Conicet para los casi 900 científicos que fueron recomendados por sus evaluadores –aprobaron todas las instancias– y no sólo para 385, la cantidad habilitada tras el recorte presupuestario dispuesto por el Gobierno (ver aparte). Como no obtuvieron una respuesta positiva, un grupo de manifestantes decidió tomar el edificio y anoche mantenía la protesta, a pesar de las amenazas de denuncias penales y de desalojo. Las sedes del Conicet de Rosario y Córdoba también fueron tomadas a la tarde, pero sólo durante algunas horas.
“Exigimos el ingreso de los que están recomendados y no entraron, y la prórroga de todas las becas posdoctorales hasta que se resuelva este conflicto”, dijo a PáginaI12 Cinthia Wanschelbaum, investigadora del IICE (UBA-Conicet), quien participó de la reunión con Barañao. Según contó, el ministro dijo que no podía hacer nada y que el presupuesto era el que estaba. Científicos y Universitarios Autoconvocados, el sindicato de docentes universitarios Conadu y Becarios Empoderados están llamando a una reunión abierta mañana, a las 17.30, en la Facultad de Medicina (UBA), para discutir cómo seguir. Estos sectores no participan de la toma.
“En un primer momento ni siquiera nos iban a recibir las autoridades, ingresamos al edificio y logramos conseguir la reunión con Barañao. Llevamos la demanda de que reclame una partida presupuestaria extra para el ingreso inmediato de los compañeros. Sin embargo, respondió que la reunión debería retomarse en marzo. Frente a ese panorama se decidió la toma del edificio hasta mañana (por hoy) a las 10, donde realizaremos una asamblea para ver cómo continuar”, dijo a este diario Lucía Maffey, de Jóvenes Científicos Precarizados.
“En el mundo hay sistemas científicos mucho más darwinistas que los nuestros”, argumentó Barañao en la reunión que mantuvo con los científicos, según relataron algunos de los participantes. Para los investigadores, ese argumento es un velo para intentar ocultar las consecuencias del recorte presupuestario que quiere hacer pasar el Gobierno en todos los sectores del Estado. Todos los consultados por este diario coincidieron que en la reunión hubo una frase de Barañao totalmente clara y transparente: “Yo hoy no les puedo garantizar nada”.
Orden de desalojo
Cerca de las 20, se acercó a los manifestantes Alan Temiño, de la gerencia de asuntos legales del Conicet, quien les dijo que “estaban tarde en el año” y no iban a “lograr nada” manteniendo la toma. Temiño expresó que no le quedaba “alternativa” que hacer una denuncia penal por la ocupación del edificio y “dar informe a la policía”. Aseguró que iría a la fiscalía para pedir una orden de desalojo. Al cierre de este diario, los manifestantes no habían recibido ninguna orden.
Victoria García es becaria posdoctoral del Conicet, fue recomendada para la carrera de investigación, pero no figura entre los 385 ingresantes: “Hace siete años estoy bajo el régimen de becas, fui evaluada positivamente para ingresar a la carrera, pero hoy estoy afuera por cuestiones presupuestarias. Hoy duermo acá, banco la toma porque esto no puede suceder”. Los sectores que participan de la toma son JCP, AGD (docentes de la UBA) y militantes estudiantiles de a FUBA.
“Me quedo a pasar la noche acá porque considero que toda nuestra trayectoria laboral apunta a poder entrar a la carrera de investigación, y en la medida en que el Estado financia la formación de investigadores y científicos, si luego no aprovecha esa capacidad humana, es una contradicción”, dice Walter Kofman, becario doctoral del área de Humanísticas.
“Es un problema político –remarcó Wanschelbaum–, porque no quieren un Conicet masivo con investigadores estudiando problemáticas del pueblo, sino investigadores estandarizados que respondan a criterios que se definen afuera, que para nosotros no son ni los mejores ni los válidos. El macrismo vino a ajustar en el Estado y el Conicet, como organismo público, está dentro de esa lógica.”
Informe: Gastón Godoy.