Desde que el presidente Mauricio Macri felicitó al policía Luis Chocobar por haber matado por la espalda a un joven que escapaba luego de un robo, y que estaba desarmado, los casos de gatillo fácil se repiten a diario, en los primeros meses del año, con la aprobación explícita de la ministra Patricia Bullrich y otros empinados funcionarios. De todos modos, la tendencia a la balacera como recurso frecuente entre las fuerzas de seguridad, fue desde el vamos un signo del gobierno de Cambiemos, que en apenas tres años de gestión lleva acumulados al menos 726 casos de gatillo fácil, según el informe de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi). Las estadísticas señalan, además, que llegan a juicio sólo un diez por ciento de los casos que involucran a uniformados y las penas suelen ser irrisorias.
Ahora el protagonista de una escena propia del lejano oeste fue un miembro de la Policía de Seguridad Aeronáutica que se defendió a tiros de verdad frente a un intento de robo protagonizado por un joven “armado” con un revólver de juguete. El desenfreno es tal que, el 5 de febrero pasado, la jueza laboral María Alejandra D’Agnillo, del juzgado nacional de Trabajo 63, recibió tres balazos en medio del tiroteo que se desató en pleno microcentro porteño durante una película de policías federales y metropolitanos corriendo ladrones en medio de la multitud.
En las mismas circunstancias, el secretario del Juzgado Civil 9 de la Ciudad de Buenos Aires Ezequiel Allende, también recibió un plomo en una pierna durante el show de fuegos para nada artificiales. Todo parece formar parte del llamado “efecto Chocobar”.
Otro de los casos fue protagonizado por un miembro del grupo Halcón de la policía bonaerense que asesinó de dos disparos por la espalda a un adolescente en el partido de Quilmes. Este caso sucedió en la madrugada del martes 6 de febrero, cerca de la Villa Los Eucaliptos de esa localidad bonaerense. El policía de la fuerza especial disparó al menos cinco veces contra Fabián Ezequiel Enrique, de 18 años.
La versión oficial señaló que el experimentado hombre de la fuerza policial estuvo a punto de ser robado por la víctima, que finalmente no se llevó nada y dejó la vida. Dos de los impactos ingresaron por la espalda, siguiendo el ejemplo Chocobar. Un dato significativo fue que el halcón notificó el caso al día siguiente, lo que confirma el poco valor que se les da a algunas vidas.
El 10 de febrero, en Lanús, una mujer policía que está embarazada mató a tiros a un joven que, según la versión oficial, había intentado robarle el auto acompañado por otro hombre que escapó sin llevarse nada.
En lo que va del año, se suman también los casos de Rafael Nahuel, asesinado en Río Negro por la Gendarmería, en otro suceso que marca la forma en que se responde desde el gobierno a los reclamos de los pueblos originarios, estigmatizados por la ministra Bullrich.
También puede hacerse mención al caso de un policía de la Federal que mató de tres balazos en el pecho a un joven que intentó robarle el auto. En ese marco, el que también se sumó a la ola de mano dura aseguró que hicieron encuestas que determinaron que “la mayoría” de los argentinos quiere que se instituya en el país “la pena de muerte”.