Hubo quienes desde Argentina miraron a Barcelona cuando el movimiento transfeminista autóctono abrió por ejemplo el cuestionamiento a las identidades esencialistas sexo-género y su consecuencia política: la ampliación del sujeto político del feminismo. Hoy, a 10 años de la primera manifestación por los derechos de las personas trans en el estado español, están ensayando recuperar el cuerpo a cuerpo y repensarse. Vale la pena mirar estas discusiones. Así surgieron las jornadas “Una revuelta trans*”, que tuvieron lugar el 23 y 24 de febrero. Según sus propixs organizadorxs, se trató de “un espacio de encuentro, debate y alianzas entre activistas que comparten inquietudes respecto al auge de las políticas trans en el contexto español. Desde un bagaje común que conjuga la crítica a la patologización trans y a los discursos esencialistas sobre el género, las aportaciones del transfeminismo y la preocupación por la institucionalización de los movimientos LGTBI”.

Entre las 300 personas que acudieron había activistas y colectivos de diversos lugares del estado español: localidades periféricas y grandes centros urbanos, colonias españolas, espacios rurales; así como población inmigrante. Poca fue la población sub 20 y no faltaron las bolleras (tortas) que se autodenominaron old school (generacional e ideológicamente, al nombrarse “lesbofeministas”). 

Una (de las muchas) diferencia(s) con el activismo trans argentino reside en que sus referentes son mayoritariamente varones trans. Entre lxs asistentes, una alta participación de trans masculinos y personas de género no binario y fluido. Pocas fueron las activistas trans femeninas que asistieron a la jornada.  “¿Por qué son tan pocas las mujeres trans en el movimiento?”. Algunas de ellas tomaron el micrófono y esbozaron una respuesta: “para mí el gueto transfeminista es un gueto coño (en castellano rioplatense “gueto concha”) copado principalmente por varones trans y bolleras, por eso no me interesa participar”. Aunque esta pregunta podría ser respondida de otras maneras. Cabe interrogarse también acerca de la historia de los movimientos feminista y LGBTI y qué tan permeables han sido o no los espacios a la participación y organización de las mujeres trans.

CUERPO A CUERPO

¿Por qué unas jornadas por una revuelta trans? Por un lado, hay una urgencia de volver a encontrarse a partir de una autocrítica respecto de la virtualización de las discusiones políticas, terreno fértil para el agravio personal y el ejercicio de violencia simbólica sobre lxs propixs compañerxs activistas, otrora aliadxs. No solo circulaba la alegría ante el reencuentro cara a cara, también dolía el suicidio de Ekai, un joven trans, ocurrido apenas unos días atrás en una expresión más de la transfobia que aún persiste.

Por otro lado, se trató de un balance a 10 años de la primera manifestación por los derechos de las personas trans en Barcelona donde la exigencia que encabezaba era “Basta de disforia de género”. ¿Qué ha pasado de ese tiempo a esta parte? ¿Qué ha ocurrido con el cuestionamiento al binarismo de género (masculino/femenino) en los últimos años de la lucha trans en Barcelona y el estado español?

De acuerdo a las exposiciones en la primera mesa “¿Nuevas identidades, nuevos esencialismos?” en los últimos cuatro años la discusión que tiene que ver con lo trans está en boga, pero el modo en el que está siendo abordada por las instituciones y medios masivos de comunicación expresa posturas esencialistas que generan violencias a las cuales nuevamente las personas trans vuelven a enfrentarse. Los nuevos esencialismos refieren a afirmaciones del tipo “existe un gen de la transexualidad” que explicaría la existencia de esta. Nuevamente la apelación al discurso biomédico para construir una legitimidad audible por la sociedad, dejando intacto al sistema sexo-género. Uno de los cuestionamientos históricos del transfeminismo.

LOS MEDIOS Y LOS FINES

A su vez, los medios masivos de comunicación se han hecho eco de las demandas del colectivo trans y suelen convocar a algunos de sus referentes. Pero, ¿qué cuerpos aparecen en los medios y quiénes son esxs referentes? Quiénes tienen éxito social. La narrativa construida allí sobre la existencia trans es una “normalizada”, una en la cual una persona trans pasa desapercibida como trans, de manera que se ejerce una gran presión por tener passing. Se construye lo deseable para la existencia trans, como la única forma posible de ser trans. Estas jornadas fueron pensadas como un espacio de reencuentro y discusión en torno a la forma en que el activismo transfeminista debería hacerle frente a la cooptación de los medios de comunicación masiva y las instituciones estatales.  Nos queda la reflexión: ¿Pueden los movimientos sociales sortear la dinámica de producción de subjetividad del territorio que habita?