Hace algunas semanas Salvat lanzó en los kioscos una nueva colección de Astérix, el clásico de la historieta francobelga. No es la primera reedición de los últimos tiempos. Aún circula la colección coproducida por Planeta y Ediciones del Zorzal, con una traducción nueva a cargo de este último sello. Con la nueva colección, sin embargo, llegó la polémica, pues Leopoldo Kulesz –responsable de la nueva traducción–, fustigó públicamente a Hachette por ceder el acceso a los kioscos a Salvat, y con la histórica traducción ibérica, que señala como “de notoria mala calidad”. Para el traductor, a cargo de un equipo de doce profesionales, la decisión supone “días tristes” para “para las nuevas generaciones de lectores y para los que vemos nuestro trabajo fagocitado por el cortoplacismo berreta”. Además, advirtió en un comunicado que esta sesión a Salvat echa por tierra proyectos ya avanzados por Planeta/Zorzal para publicar otros clásicos de las viñetas francófonas, como Iznogoud, Lucky Luke o El pequeño Nicolás.