El alto el fuego de cinco horas decretado en Guta Oriental, en Siria, no logró sus objetivos en su primer día de aplicación: un niño murió en ataques de las fuerzas del gobierno sirio, los civiles no abandonaron la zona y tampoco entró ayuda humanitaria a este enclave rebelde cercano a la capital, Damasco. Además del niño muerto, 16 personas resultaron heridas en nuevos bombardeos aéreos y ataques de artillería por parte de las fuerzas del gobierno. La violencia continuó así en esta región, donde 570 civiles murieron en los últimos nueve días. Rebeldes y fuerzas del Gobierno se atribuyeron mutuamente violaciones del alto el fuego: la televisión estatal siria aseguró que “grupos terroristas” lanzaron cinco granadas contra un  corredor humanitario y aseguró que ocho personas resultaron heridas en un barrio a las a fuerzas de Damasco por disparos de los rebeldes desde Guta.