El Banco Central mantuvo la tasa de interés de referencia en 27,25 por ciento. No se animó a bajar el rendimiento de los pases por las presiones con el dólar en los últimos días. Ayer el tipo de cambio minorista cerró en 20,50 pesos, con un alza de 2 centavos, y el lunes ya había anotado otra suba de 20 centavos. El Central reconoció por primera vez que el tipo de cambio tiene efecto sobre la inflación del mercado interno. “En las últimas dos semanas se conocieron los datos de inflación de enero correspondientes al Sistema de Precios Mayoristas. Las subas se ubicaron entre 4,6 y 5,0 por ciento respecto del mes previo. Estuvieron impulsados por los productos primarios e importados, sobre los que impactaron la depreciación del peso y el aumento en los precios internaciones del agro y del petróleo”, indicó en el informe.

La tesis de la autoridad monetaria había sido hasta ahora que el tipo de cambio no tenía impacto sobre los precios del mercado interno. Aseguraban que su política de cotización flexible, sin intervención del Central, era la indicada para cortar el impacto de la devaluación sobre la inflación interna. Pero el salto de precios de enero fue demasiado abrupto para seguir insistiendo con la idea. El principal problema que observan entre los consultores del mercado es que la política cambiaria se encuentra en una encrucijada. Si deja subir el dólar, exacerba las tensiones inflacionarias. Pero si lo frena, con la suba de precios de estos meses, se aprecia la cotización en términos reales y potencia la tensión sobre las cuentas externas, que ya registran niveles récord de déficit comercial, rojo de turismo y fuga de capitales por atesoramiento. 

El informe del Central adelantó que en febrero la inflación se aceleró respecto de lo observado en el primer mes del año. “Los indicadores de alta frecuencia monitoreados por la autoridad monetaria sugieren que la inflación de febrero, tanto del nivel general como del componente núcleo, se ubican por encima de los valores de enero y del último trimestre de 2017”, afirmó. Agregó que “se extremará la cautela, aguardando señales de desinflación compatibles con el sendero buscado antes de relajar su política monetaria”. Pero, más allá de los argumentos del Central, la política monetaria ya no la define el directorio de la entidad sino que se decide en el poder ejecutivo. Y la prioridad ahora es evitar que el dólar siga en ascenso, mientras suben los servicios públicos y otros precios estacionales como el rubro educación.

El aumento de los precios en los últimos meses es uno de los principales elementos para explicar la caída de las expectativas económicas de la población, lo cual se potencia por la perspectiva de paritarias que se cerrarán a la baja y un dólar que empieza a ser cada vez más volátil y que confunde en las decisiones de consumo y de inversión. El Banco Central detalló que la inflación interanual es del 25 por ciento, cuando a esta altura, según su hoja de ruta trazada en 2016 debería ubicarse debajo de 15 por ciento. No hubo progresos en materia de precios en los últimos dos años.

En lo que refiere a la bolsa porteña, el índice MerVal anotó una caída del 1,2 por ciento. Se destacaron las bajas de 3,6 por ciento de Agrometal, de 2,7 por ciento del Grupo Supervielle y 1,6 por ciento del Grupo Financiero Galicia. En contraste, se subrayó la suba de Telecom (0,5 por ciento) y de Banco Macro (0,2). En cuanto a las reservas internacionales del Central, se ubicaron en 61.812 millones de dólares, con un retroceso de 312 millones.