El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, confirmó ayer el fin del dinero barato, lo que complicaría a economías como la argentina fuertemente endeudadas en dólares. En su primera comparecencia ante el Congreso, luego de que asumiera en el cargo el 5 de febrero, el titular de la Fed informó que se mantendrá una senda de incrementos graduales de la tasa de interés para contener la inflación. La Comisión Federal de Mercado Abierto “seguirá apuntando a un equilibrio entre evitar un sobrecalentamiento de la economía y llevar la inflación a un 2 por ciento sobre una base sostenida”, aseguró Powell. El próximo ajuste en la tasa que actualmente se encuentra en el rango de 1,25 a 1,50 por ciento tendría lugar el mes próximo durante el encuentro de política. Por su parte, la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, dijo que la economía global muestra un crecimiento generalizado, pero que el panorama está cambiando por el elevado riesgo de disputas comerciales y de ajustes de políticas monetarias.
El gobierno de Donald Trump lanzó una masiva reforma impositiva y un programa de reducción de gastos, que espera compensar con un mayor endurecimiento de la política monetaria. De todos modos, Powell, quien reemplazó a Janet Yellen al frente de la Reserva Federal, aseguró que continuará con la gradualidad en los ajustes de tasas que su antecesora inició a fines de 2015. Tras un ciclo de crecimiento que comenzó en 2009 y se presenta como el más extenso en la historia estadounidense, las expectativas de un sobrecalentamiento de la economía con mayor inflación comenzaron a ganar fuerza entre los analistas, los cuales esperan que en los próximos dos años la Fed eleve las tasas de interés a niveles de 3 por ciento anual, el doble del actual.
Ayer tuvo lugar la primera declaración de Powell ante la comisión de la Cámara en la que los legisladores pudieron consultar sobre el futuro de la política monetaria de la mayor economía global, cuyas decisiones impactan a nivel global. “Estoy comprometido a explicar claramente qué estamos haciendo y por qué lo estamos haciendo”, dijo en su primera aparición pública como titular de la Fed. “Algunos de los factores adversos que la economía estadounidense enfrentó en años previos se han convertido en factores positivos”, declaró en referencia a los recientes cambios de política fiscal estadounidense. También destacó la recuperación económica global, aunque la suba de tasas de algunas potencias pueda resentir ese sendero de crecimiento mundial.
“La inflación sigue debajo de nuestro objetivo de largo plazo de 2 por ciento. En la opinión (de la Comisión Federal de Mercado Abierto), incrementos graduales adicionales en las tasas de los fondos federales promoverán de la mejor forma el logro de nuestros dos objetivos”, informó el titular de la Reserva Federal. Consideró que la actual volatilidad de los mercados, atizada ayer tras sus dichos, y el endurecimiento de tasas no son “un peso fuerte sobre el panorama de la actividad económica, el mercado laboral y la inflación”. Según aseguró, “el robusto mercado laboral debería continuar apuntalando el crecimiento de los ingresos familiares y el gasto del consumidor”. Powell consideró, además, que “un sólido crecimiento económico entre sus socios comerciales debería llevar a nuevos avances de las exportaciones estadounidenses, y una buena confianza empresarial y un fuerte crecimiento de ventas probablemente continúen alentando la inversión”.
No obstante, el actual crecimiento económico tiene sus limitantes y sus riesgos. En una conferencia en Yakarta (Indonesia), la titular del Fondo Monetario, Christine Lagarde, alertó sobre “una atmósfera de tasas más altas de interés en economías ricas, como Estados Unidos y el bloque de la zona euro”. “Las autoridades deberían permanecer atentas sobre los efectos que tendrán los ajustes en la estabilidad financiera y los flujos de capitales, que podrían tornarse volátiles”, agregó. De todos modos, la previsión del FMI se mantuvo intacta respecto del pronóstico en enero, de 3,9 por ciento para 2018 y 2019, que representa una mejora frente a la expansión de 3,7 por ciento del año pasado. “Sabemos que habrá efectos de contagio en el mundo. Desde hace un tiempo sabíamos que esto iba a suceder. Pero aún es incierto cómo impactará esta transición a otros países, empresas, empleos, rentas”, añadió la directora.