A mitad del mandato presidencial de Mauricio Macri las industrias manufactureras contabilizaron la pérdida de 66.310 puestos de trabajo. Las posiciones perdidas desde comienzos de diciembre de 2015 representan el 5,6 por ciento del empleo sectorial total. A pesar del rebote en la actividad económica que mostraron las mediciones oficiales a lo largo del año pasado, los niveles de ocupación industriales no mejoraron. La industria anotó en 2017 una mejora de 1,8 por ciento pero las cifras laborales dan cuenta de una caída del 1,5 por ciento, que equivalen a 17.700 empleos menos en un año. El sostenido retroceso en la ocupación fabril se explica por el magro desempeño del consumo interno y el impacto del proceso de apertura comercial. Entre los sectores más afectados figuran calzado, textil, marroquinería, muebles, metalmecánica, autopartes, química y automotores.
Los registros del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) muestran cómo la merma en los niveles de ocupación industrial fue compensada por la incorporación de asalariados a sectores como comercio, salud, enseñanza y construcción, donde las posiciones tienen una mayor inestabilidad y menores salarios. Aunque el manufacturero contabiliza 66.310 trabajadores menos desde que comenzó el gobierno de Cambiemos, esos cinco sectores crearon 89.500 puestos desde la llegada de Macri a la Casa Rosada.
Los últimos datos laborales exhiben un rezago de dos meses. A lo largo de ese período los cierres y despidos en empresas industriales continuaron. Ayer fue el turno de la firma de capitales brasileños Coteminas, que informó el despido de 52 obreros y obreras textiles de su planta de La Banda, Santiago del Estero, que se sumaron a las 26 cesantías de enero. Afectada por la importación de sábanas desde Asia, la empresa despidió así al 10 por ciento de su personal.