La séptima presentación el martes próximo en el Congreso del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, traerá esta vez una certeza de trascendencia histórica: la despenalización y legalización del aborto podría convertirse en una posibilidad concreta en las vidas y la salud sexual de las mujeres. De arranque, la semana que viene diputadxs de los distintos bloques pedirán que el tratamiento del proyecto sea en plenario de las comisiones intervinientes, para agilizar la catarata de debates que se prevén y de paso no dar lugar a ninguna maniobra dilatoria. Desde el bloque de la alianza Cambiemos se comprometieron a tratar el proyecto de inmediato, con reuniones informativas durante todo marzo y para que el debate no se extienda por más de dos meses.
Victoria Tesoriero, integrante de la Campaña y de Católicas por el Derecho a Decidir, adelantó que podría superarse el récord histórico de las 70 firmas de diputadxs alcanzadas en el período 2014-2015, para llegar a las 129 que den quórum, y que por primera vez en los trece años de historia del proyecto iniciarán diálogos en el Senado, donde ya contarían con el apoyo de una decena de senadoras y senadores. “Será después de la presentación del proyecto”, señaló. “Sabemos que es una Cámara más difícil, nunca pudimos presentarlo ahí, pero este año esperamos poder avanzar en ambas cámaras como antes se hizo con las leyes de Identidad de género y Matrimonio igualitario.”
Pese a los pronunciamientos de Mauricio Macri y las directivas y disciplinamientos de última hora entre su tropa legislativa, la sesión especial prevista para el 8 de marzo, en el marco del Paro Internacional de Mujeres no se “bajó”, más bien se reconfigura como un volantazo estratégico que diputadas, la Campaña y los movimientos de mujeres tramarán en un recorrido con grandes miras de llegar al recinto.
“Este escenario es producto de la presión que generó la Campaña a nivel federal, el feminismo y todos los movimientos organizados de mujeres”, remarcó Tesoriero. “Es una puesta a prueba de esa fuerza colectiva, que logró imponer la agenda parlamentaria. Ahora debemos lograr que se dé la discusión de manera seria, que no sea utilizada para tapar otras conflictividades sociales y podamos avanzar.”
En la reunión de Cambiemos, este lunes, en el despacho del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, se definió que el proyecto será tratado por las comisiones de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia (Alejandra Martínez, UCR); Legislación Penal (Gabriela Burgos, UCR) y Acción Social y Salud Pública (Carmen Polledo, PRO). Este año se agrega la Comisión de Legislación General (Daniel Lipovetzky, PRO) y con intenciones de sumar la de Presupuesto que preside Luciano Laspina.
Es el pañuelazo, es la movilización de mujeres, lesbianas, trans y travestis, es la lucha histórica del feminismo y los reclamos de las organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos excitando esa marea popular que va por conquistas genuinas. “Las organizaciones populares y los movimientos de mujeres estamos acostumbradas a las prácticas de construcción y vemos una oportunidad clave para avanzar en esta negociación”, dijo Lucila De Ponti, diputada por el bloque Peronismo Para la Victoria y una de las firmantes del proyecto. “No estamos frente a un gobierno a favor de conquistar derechos, pero vamos a fortalecer la oportunidad generada por la movilización popular, que logró poner la cuestión del aborto en la agenda pública.”
–¿Cuáles son las principales cartas a favor?
El espacio generado, la renovación generacional bancando este tema, las voluntades de legisladoras y legisladores, las organizaciones feministas que damos pelea hace años y pudimos ser relevantes. En todo esto tiene mucho que ver la articulación de Ni Una Menos, que logró poner en la agenda pública la problemática que todas de algún modo padecemos.
La ampliación de la despenalización del aborto y la práctica de IVE atraviesan derechos personalísimos de mujeres de todas las clases sociales pero afectan las vidas de las más pobres. El escenario que se abre debería respetar la decisión de las mujeres sobre sus cuerpos y los tratados internacionales a los que la Argentina adhiere. “Nos da un contexto propicio para debatir en profundidad pero es importante que desde el Congreso haya una preocupación real por no caer en discusiones hipócritas”, remarcó la diputada Mónica Macha, de Unidad Ciudadana, otra de las firmantes del proyecto. “Todas sabemos por experiencia personal o por conocer o haber acompañado a otras mujeres, lo que significa pasar por un aborto clandestino.”
–¿Cuál es el pulso en las bancadas hoy?
El tema se instaló como importante, más allá de que el macrismo lo utilizara como una cortina de humo para tapar temas críticos como la pobreza y la falta de empleo, que además trunca específicamente las vidas de niñas, adolescentes y mujeres, y son factores centrales en las muertes de mujeres por abortos clandestinos. Estamos haciendo un punteo de todos los bloques y no hay posiciones unánimes, pero sí libertad de acción y posibilidad de seguir conversando. En el Frente Para la Victoria hay un acuerdo de más del 50 por ciento.
–Sigue habiendo mayor consenso social en la calles que en el Congreso.
La manifestación popular a favor de la despenalización del aborto es enorme y quedó demostrada en las últimas semanas, aunque cada provincia tenga sus realidades. Pero hay una transmisión generacional muy interesante, adolescentes con el pañuelo verde que se están haciendo cargo de las complejidades de la vida y toman este tema sin hipocresías. Por respeto a estas nuevas generaciones debemos asumir la discusión y el debate, para que el proyecto llegue al recinto con posibilidades reales de obtener la media sanción. Sería un triunfo histórico de las mujeres.