El gobierno británico rechazó ayer una propuesta de Bruselas para mantener a Irlanda del Norte en el mercado único y evitar una frontera estricta con la República de Irlanda tras su salida de la Unión Europea (UE).
La primera ministra británica, la conservadora Theresa May (foto), dijo ayer en el Parlamento que no aceptará el borrador del acuerdo del “brexit” elaborado por la Comisión Europea (CE) porque “amenaza la integridad constitucional del Reino Unido”. Ese texto podría poner en peligro la integridad territorial del país “al crear una frontera aduanera y regulatoria en el mar de Irlanda”, puntualizó la jefa del Gobierno. “Dejaré esto bien claro al presidente (de la Comisión Europea, Jean-Claude) Juncker y a otros”, añadió.
Su colega irlandés, el democristiano Leo Varadkar, en cambio, celebró que ese texto, divulgado ayer por el negociador comunitario, Michel Barnier, ofrece reconocimiento legal a los acuerdos alcanzados entre las dos partes en diciembre sobre los derechos de los ciudadanos, la factura del divorcio y la frontera entre las dos Irlandas.
El “taoiseach” (primer ministro irlandés) indicó que May se comprometió entonces a evitar el establecimiento de una barrera física en Irlanda del Norte que perjudique a la economía de toda la isla y su proceso de paz, a pesar de que quiere abandonar el mercado único y la unión aduanera con un “brexit duro”. “Ahora es responsabilidad del Reino Unido presentar propuestas para hacer eso posible si rechaza la llamada ‘Opción C’,” explicó, explicó Varadkar. La “Opción C”, recordó ayer Barnier, propone establecer entre Irlanda del Norte y la UE un “área común regulatoria”, de modo que permanecerían en vigor en toda la isla de Irlanda las normas de la unión aduanera y el mercado interior.
“Ningún primer ministro del Reino Unido podría alguna vez estar de acuerdo con eso”, recalcó May, en referencia a la posibilidad de que la frontera comercial quedara delineada en el mar de Irlanda, que separa Irlanda del Norte de Gran Bretaña. La “premier” sabe que esa opción es inaceptable para los “tories” más antieuropeístas y para el Partido Democrático Unionista (DUP) norirlandés, del que depende para gobernar tras haber perdido la mayoría absoluta en las elecciones generales del año pasado.
El líder del DUP en Westminster, Nigel Doods, calificó ayer la propuesta de la CE de “absurda y exagerada” y se declaró “sorprendido” de que Bruselas “se crea que pueda convencernos a nosotros o al Gobierno británico”. “No decidimos abandonar la Unión Europea para ver ahora la ruptura del Reino Unido. Sería catastrófico para Irlanda del Norte quedar aislada de los mercados británicos”, advirtió el dirigente del DUP, principal representante de la comunidad protestante.