A mitad del primer mandato presidencial de Mauricio Macri, las industrias manufactureras destruyeron 66.310 puestos de trabajo. Las posiciones perdidas desde comienzos de diciembre de 2015 representan el 5,6 por ciento del empleo sectorial total. A pesar del rebote en la actividad económica que mostraron las mediciones oficiales, a lo largo del año pasado los niveles de ocupación industriales no reaccionaron. La actividad fabril marcó una mejora de 1,8 por ciento en 2017 pero las cifras laborales marcaron un retroceso del 1,5 por ciento equivalente a 17.700 empleos menos en el mismo período. El pobre desempeño del consumo interno, el proceso de apertura comercial y la minimización de la intervención estatal frente a las cesantías explican el sostenido ajuste en el empleo sectorial. Calzado, textil, marroquinería, muebles, metalmecánica, autopartes, química y automotores son algunos de los sectores afectados por ese proceso. En diciembre pasado se registró una baja mensual del empleo industrial baja de 2700 puestos mientras que en la medición sin contemplar factores estacionales la caída es de 600 posiciones.
Los registros administrativos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) muestran, sin embargo, que la merma en los niveles de ocupación industrial fue compensada por la incorporación de asalariados en sectores que presentan mayor inestabilidad laboral y menores salarios. Con esa dinámica que comenzó a transformar la estructura del empleo, en diciembre de 2017 se registraron 37.700 asalariados más en la actividad privada que al momento del recambio presidencial. La destrucción de empleo acumulada en la industria y, en menor medida, la actividad hidrocarburífera, fueron más que compensadas por la entrada de trabajadores en comercio, salud, enseñanza y construcción. Esos cinco sectores dieron cuenta de 89.500 puestos nuevos desde la llegada de Macri a la Casa Rosada.
La información suministrada por el Ministerio de Trabajo permite identificar a las provincias más afectadas por el nuevo modelo económico. La lista la encabeza Santa Cruz donde se contabilizan 7600 empleos privados menos que a finales de noviembre de 2015, el registro anterior a la asunción de Macri. La sigue de cerca Entre Ríos, donde la actividad privada acumula la pérdida de 7500 posiciones mientras que San Luis y Tierra del Fuego anotaron 4900 y 4800 empleos menos, respectivamente. El listado de once provincias que acumulan pérdidas de posiciones en el sector privado lo completan Misiones, Formosa, Chubut, Catamarca, La Rioja, Río Negro y Neuquén.
Los datos presentados ayer desde la cartera laboral exhiben un rezago de dos meses. A lo largo de ese período, los cierres y despidos en empresas industriales continuaron. Anteayer, la firma de capitales brasileños Coteminas informó el despido de 52 obreros y obreras textiles de su planta de La Banda, Santiago del Estero, que se sumaron a las 26 cesantías de enero. Afectada por la importación de sábanas desde Asia, la empresa despidió así al 10 por ciento de su personal, lo que se suma a las cesantías determinadas el año pasado. Coteminas es una de las principales empresas en la ciudad de La Banda. La planta cuenta con unos 800 empleados y produce sábanas y toallas. La industria textil cayó un 6,7 por ciento en 2017, según datos oficiales. La producción de hilados de algodón bajó un 10,5 por ciento, mientras que tejidos lo hizo en un 5,1 por ciento.
Cuando además de los asalariados del sector privado se contempla el desempeño entre los monotributistas, los autónomos, los empleados públicos, las trabajadoras de casas particulares y los monotributistas sociales, los datos dan cuenta de la creación de 268 mil empleos en 2017. Dos tercios del empleo total creado el año pasado corresponden a posiciones inestables y de bajos ingresos. Los nuevos monotributistas explican el 36,7 por ciento de las nuevas posiciones y el empleo público representa el 14,4 por ciento del total de los puestos creados el año pasado. Los nuevos monotributistas sociales incorporados al régimen tras la decisión oficial de extender la Asignación Universal por Hijo a ese universo de trabajadores precarios representan otro 13,9 por ciento.