La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, definió al genocida Luciano Menéndez, quien falleció el martes a los 90 años en Córdoba, como “una persona desalmada que sin reparos eliminó centenares de personas, robó bebés, fomentó centros clandestinos de detención y tortura”. “No celebramos la muerte de nadie”, sostuvo la titular de Abuelas y, aunque aclaró que ella “puede llegar a entender el llanto de la familia” del represor múltiplemente condenado a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad, advirtió que “si hay alguien del pueblo que lo llora, sepa que está llorando a un genocida, a un ser verdaderamente repudiable”.