“Los hermanos argentinos que viven en Bolivia van a tener el mismo tratamiento que los hermanos bolivianos que viven en Argentina, somos de la patria grande”, dijo el presidente boliviano Evo Morales al inaugurar un coliseo en la ciudad de Yacuiba, fronteriza con Argentina. La declaración del mandatario terminaron por desarticular los argumentos del gobierno de Cambiemos que proyectaba arancelar el servicio de salud para los ciudadanos extranjeros en Argentina. La declaración de Evo fue el determinante para congelar el proyecto de ley que había propuesto presentar el mendocino Luis Petri, diputado de Cambiemos. Pero el proyecto había generado en forma paralela una fuerte tensión interna en el Interbloque oficialista que ayer derivó en una muy dura reunión de los 108 diputados del PRO y radicalismo, que se extendió durante tres horas y que echó chispas cuando se planteó el arancelamiento para extranjeros, no sólo en salud sino principalmente en el ámbito universitario, un tema muy sensible para el radicalismo. Ante semejante presión interna, en la que el radicalismo encolumnado detrás de Mario Negri avisó que no acompañaría o rechazaría la propuesta de Petri, en total desacuerdo con la cuestión universitaria, el diputado autor del proyecto decidió dar marcha atrás.
Las declaraciones de Evo habían sido anticipadas por el canciller de Bolivia, Fernando Huanacuni, quien sostuvo que su gobierno adecuaría a la ley los diferentes niveles de atención de la salud “para que los ciudadanos argentinos gocen de los mismos derechos que los bolivianos”.
Según citó la agencia ABI “para Morales, la cooperación de Argentina es importante, ya que el vecino país (Argentina) transfiere conocimientos y tecnología en el campo de salud y asesora a Bolivia en la instalación de tres hospitales especializados para tratamiento del cáncer.” “Vamos a tener tres grandes hospitales, es una forma de trabajar conjuntamente, aprovechar la tecnología argentina para bien de la salud y la vida y, por eso, los hermanos bolivianos que viven en Argentina no deben preocuparse”, aseguró Morales.
Previamente, en conferencia de prensa en La Paz, el canciller Huanacuni, acompañado de la ministra de Salud boliviana, Ariana Campero, había anunciado que su país “adecuará” sus normas para que “ciudadanos argentinos gocen de los mismos derechos que los bolivianos”. Cambiemos había intentado sostener una negativa de Bolivia para atender gratuitamente a los ciudadanos argentinos, cuando se trataba de adecuar los diferentes niveles de atención de la salud a extranjeros en el país fronterizo. Fue precisamente lo que respondió el canciller.
El avance del gobierno de Cambiemos, cuestionado como xenófobo y minimizado en cuanto a las cifras reales de la incidencia de la atención hospitalaria a extranjeros, quedó desarticulado. Al mismo tiempo, cosechaba durísimas críticas de muchos sectores.
Pero a los cuestionamientos planteados sobre el aspecto de salud del proyecto, en la interna del gobierno de Cambiemos se disparó una durísima interna sobre la propuesta de Petri por el arancelamiento universitario. El tema de la Universidad pública es sensible para el radicalismo.
Ayer, en una durísima reunión del Interbloque de Cambiemos, en la que participaron los 108 diputados, la bancada radical, encolumnada detrás de Mario Negri, se plantó duro contra el proyecto. En la reunión, que llevó unas tres horas, consumidas mayoritariamente por la discusión del proyecto, los teléfonos estaban rojos recibiendo llamadas de decanos y ex decanos del ala de la UCR.
Los diputados radicales llegaron a la reunión provistos con cifras y estudios que demostraban la escasísima incidencia de estudiantes extranjeros en las economías universitarias, con lo que el planteo de arancelamiento amenazaba con invadir la idea de la universidad pública y gratuita, un costo enorme, con ningún beneficio.
Según revelaron a este diario participantes de la misma reunión, el encuentro “fue durísimo” y se concluyó cuando Petri reconoció que su propuesta era a título personal. El diputado autor del proyecto reconoció además que no había hecho circular el texto, y que había visto en el debate desatado con las declaraciones del gobernador Morales una buena oportunidad para presentarlo. Ante el clima interno, y las explicaciones internacionales que debió presentar el gobierno Nacional, incluyendo disculpas del embajador argentino en La Paz, Normando Alvarez García, por el tratamiento del caso en los medios, Petri ofreció retirar el proyecto.
La respuesta interna no fue concluyente pero escasamente auspiciosa: o pasaba al freezer, o si avanzaba no iba a tener ningún apoyo del radicalismo y, hasta se llegó a barajar que se lo rechazaría.
En el plano externo, las respuestas de Bolivia dejaron sin sentido el intento de confrontación del gobierno nacional.
En el plano interno, la propuesta de un sistema de salud exclusivo también sufrió impactos. Ayer, desde las provincias, comenzaron a aparecer las aclaraciones. Así, Formosa sostuvo que no marcaría diferencia en el tratamiento de salud para extranjeros y argentinos; Mendoza minimizó el gasto de extranjeros en el total del gasto de salud de la provincia; Córdoba, apuntó al mismo escaso impacto; Misiones sostuvo que en la provincia cobran a extranjeros, igual que a argentinos, las atenciones de alta complejidad que no requieren urgencia; y Chaco informó que atiende en forma gratuita.
En definitiva, el día previo al discurso del presidente Mauricio Macri ante la Asamblea Legislativa en la apertura del ciclo sesiones ordinarias del Congreso, el proyecto que mayor polémica desató en los dos últimos días, quedó sumido en la más pura nada, a un costo que estuvo lejos de resultar gratuito.