Alrededor de cien investigadores y becarios del Conicet continúan en el Ministerio de Ciencia y Tecnología, en Godoy Cruz al 2300, en una toma que ya lleva 24 horas. En la puerta, otros cientos de científicos comenzaron a llegar para sumarse a la asamblea en la que decidirán si continúan o no con la medida de fuerza. Rechazan el recorte del 60 por ciento en los ingresos a la carrera de investigación, lo que significa el despido de 489 investigadores.
“Ayer vinimos al Ministerio para pedir que el ministro Lino Barañao nos dé una respuesta. Éramos 500 científicos con un petitorio con más de 4.500 firmas. Nos recibieron recién cuando decidimos la toma pero no nos dieron ninguna respuesta. El ministro reconoció el recorte en los ingresos y dijo que era lo único que se podía hacer con el recorte que había tenido el presupuesto”, le dijo a Página/12 Lucila D’Urso, becaria de Conicet e integrante de Jóvenes Científicos Precarizados (JCP).
A diferencia del año pasado cuando ingresaron 943 investigadores, este año se sumarán a la carrera sólo 385, un sesenta por ciento menos. El recorte dejó afuera a 489 científicos que aprobaron el concurso y fueron recomendados por la Comisión Evaluadora del organismo. Dichos investigadores terminan este año sus becas postdoctorales y el ingreso a la carrera supone la continuidad laboral.
“La incorporación de los científicos que quedaron afuera significa un dos por ciento del presupuesto ministerial. Sin embargo Barañao nos dice que es imposible sostener los ingresos de la gestión anterior como si él no fuera la gestión anterior, es una respuesta cínica”, sostuvo D’Urso.
La primera en advertir el recorte fue la socióloga e integrante del directorio del Conicet Dora Barrancos. “Lamentablemente no tengo expectativas positivas. Las autoridades siguen corroborando el punto de vista que sostiene el recorte”, sostuvo Barrancos al ser consultada por este diario. Para la investigadora, el Ministerio tiene que adoptar alguna medida alternativa para paliar la situación como “prolongar las becas”, aunque sólo signifique "un parche".
“El panorama es muy triste, muchos científicos ya están tramitando irse al exterior con lo que eso significa para la ciencia argentina. Es una atraso enorme porque la ciencia no se da de un día para el otro, es una puesta a lo largo del tiempo, una paciencia que sólo puede tener el Estado”, opinó la Barrancos.
De la toma también participaron Ate-Conicet, la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), la Conadu Histórica y la Asociación Gremial Docente de la UBA.