Desde Lima
La trama de corrupción de Odebrecht no da tregua a la desacreditada clase política peruana. Nadie parece salvarse. Un nuevo capítulo del escándalo Odebrecht revela que la cuestionada empresa repartió en el Perú millones de dólares entre los principales candidatos presidenciales. Así lo ha asegurado ante las autoridades judiciales Jorge Barata, un alto funcionario de Odebrecht que fue el director de la empresa brasileña en el Perú y que procesado en Brasil hoy está sometido al sistema de delación premiada. En sus confesiones, Barata aseguró que para las elecciones de 2011 Odebrecht financió a los cuatro principales candidatos: el actual presidente Pedro Pablo Kuczynski, Keiko Fujimori, Alejandro Toledo y Ollanta Humala, quien ganó esos comicios; y que en 2006 lo hicieron con la campaña del ex presidente Alan García, ganador de esas elecciones. Los involucrados han negado lo dicho por el empresario brasileño y exigen a Barata que presente evidencias que respalden sus afirmaciones.
El ex jefe de Odebrecht en Perú fue interrogado por más de cinco horas en Sao Paulo por fiscales peruanos. Señaló que en 2011 la constructora brasileña aportó 300 mil dólares para la campaña de Kuczynski y que ese monto fue entregado en efectivo a una muy cercana colaboradora del hoy presidente, Susana de la Puente, una banquera ligada al JP Morgan y que forma parte del círculo más cercano de PPK, como se le conoce al presidente. De la Puente, que recientemente ha sido nombrada embajadora en el Reino Unidos, tuvo un rol clave en las campañas electorales del actual presidente, tanto en 2011 como en 2016. Kuczynski se ha defendido alegando ignorancia respecto al manejo económico de su propia campaña electoral. “Yo no sé nada, pregúntenle a la embajadora”, respondió PPK, en alusión a Susana De la Puente, persona de su total confianza desde hace muchos años. De la Puente ha negado lo dicho por Barata.
La relación de PPK con Odebrecht es anterior a la campaña electoral de 2011. Siendo Kuczynski ministro de Economía y primer ministro del gobierno de Alejandro Toledo (2001 - 2006), una empresa de su propiedad –Westfield Capital– hizo millonarios contratos de asesoría financiera para Odebrecht, al tiempo que como ministro PPK tenía un papel central en decisiones de gobierno que favorecieron a la constructora brasileña. Por esos hechos, el Congreso podría destituir al presidente. La última revelación de Barata complica más su difícil situación.
Las revelaciones de Barata también han puesto en problemas a Keiko Fujimori, cuyo partido controla el Congreso. Según Barata, en esa campaña de 2011 los aportes de Odebrecht a la candidatura de Keiko fueron significativamente mayores a lo dado a PPK: 1 millón 200 mil dólares. Este monto fue entregado, siempre según el testimonio de Barata, también en efectivo, a dos altos dirigentes fujimoristas, Jaime Yoshiyama, quien en 2011 era secretario general del partido fujimorista, candidato a la vicepresidencia y jefe de campaña, y Augusto Bedoya. Ambos fueron altos funcionarios de la dictadura de Alberto Fujimori (1990 - 2000) y luego cercanos colaboradores de Keiko. Yoshiyama y Bedoya también fueron importantes financistas de la campaña de Keiko en las últimas elecciones de 2016.
Keiko hizo una débil defensa. Argumentó que como el dinero para su campaña no se lo habían dado directamente a ella, sino, según Barata, a dos cercanos colaboradores suyos, entonces ella no tenía nada que ver con el tema. Una defensa que se cae sola. La fiscalía investiga el financiamiento de las campañas de Keiko de 2011 y 2016, marcadas por la opacidad. Lo dicho por Barata complica la situación legal de Keiko, investigada judicialmente por lavado de dinero.
Barata reveló que para las elecciones de 2011, Odebrecht también financió, en este caso con 700 mil dólares, la campaña de Alejandro Toledo, que fracasó en su intento de volver al poder. Toledo ha sido acusado de recibir un soborno de 20 millones de dólares de Odebrecht siendo presidente, cargo por el cual tiene orden de captura hace un año.
Las confesiones de Barata también han involucrado al ex presidente Alan García (2006 - 2011). Según su testimonio, Odebrecht le dio 200 mil dólares a la campaña de García del año 2006, quien ganó esos comicios, y que esa entrega se hizo a través de un alto dirigente del partido aprista de García, Luis Alva Castro, quien ha sido parlamentario en varios períodos y fue ministro de Economía y primer ministro en el primer gobierno de García (1985 -1990) y ministro del Interior en su segunda administración. Ante esta revelación, García ensayó una defensa en la misma línea de Keiko. Dijo que la declaración de Barata habla de aportes económicos “a otra persona” y no directamente a él, lo que, afirmó, lo exculpaba. Pero los 200 mil dólares eran para su campaña y Barata ha asegurado que el ex presidente estaba al tanto de esa entrega.
Durante su segundo gobierno, García tuvo una cercana y fluida relación con Odebrecht, que obtuvo grandes beneficios, ganando licitaciones y favoreciéndose con cambios de contratos para elevar los costos de las obras que realizaba. La fiscalía investiga el pago de ocho millones de dólares en sobornos de Odebrecht vinculados a la construcción de una línea del Metro de Lima, obra impulsada personalmente por García.
En un interrogatorio judicial anterior, el ex jefe de Odebrecht en Perú había señalado que en 2011 la empresa financió con tres millones de dólares la campaña del ex mandatario Ollanta Humala (2011 - 2016), quien ganó esas elecciones, lo que ratificó en este último testimonio. Por esa acusación, Humala está bajo prisión preventiva. Está por verse si la Justicia es igual de rigurosa con los nuevos acusados por Barata.