La ola de frío que golpea Europa desde hace varios días ya dejó más de 50 muertos, mientras ayer aeropuertos, servicios ferroviarios y la vida cotidiana de cientos de millones seguía perturbada por vientos y nevadas que incluso afectaron las playas del Mediterráneo. La mayoría de las víctimas son habitantes de Hungría, donde se registraron 21 muertos entre el domingo y el miércoles pasado. Este fenómeno, de origen siberiano, fue apodado La Bestia del Este en Gran Bretaña, El Oso Siberiano en Holanda y El Cañón de Nieve en Suecia.
Las grandes nevadas, poco comunes en gran parte de Europa en esta época del año, provocaron bloqueos de carreteras, dejando a miles de conductores aislados y gran parte de las escuelas se vieron obligadas a cerrar. El tránsito está restringido en Gran Bretaña, Suiza y Francia, entre otros países. En la noche del miércoles al jueves, en la región de Montpellier, al sur de Francia, más de 2000 personas pasaron la noche en sus autos o en alojamientos de emergencia, varados en la Autopista del Sur, la que Cortázar inmortalizara en el cuento homónimo, que también narra un atasco. Las autoridades decretaron el alerta roja. La ruta fue desalojada recién hacia el mediodía de ayer.
El frío continuará por lo menos hasta el fin de semana y el balance de muertos aumenta: otras tres personas fallecieron en Polonia por hipotermia, por lo que ya suman 21 las víctimas.
Además se produjeron seis muertes en República Checa en los últimos días, cinco en Lituania, cuatro en Francia y Eslovaquia, tres en España, dos en Italia, Serbia, Rumania y Eslovenia, y uno en Gran Bretaña y Holanda.
“Los más vulnerables al intenso frío son los ancianos, niños y personas con enfermedades crónicas o con limitaciones físicas o mentales”, señaló la Organización Mundial de la Salud y añadió que los más pobres, los desamparados y los migrantes son frecuentemente los más golpeados por el fenómeno climático.
En Gran Bretaña, la tormenta Emma, que se originó en el océano Atlántico, parecía “prepararse” para chocar con el frío siberiano, lo que causaría más nevadas y temperaturas extremadamente bajas. En el suroeste de Inglaterra, en el sur de Gales y Escocia, fue decretado un alerta roja, lo que significa un clima extremo, que incluye riesgo de muerte, daños generalizados e interrupciones de los transportes. Se esperan fuertes vientos y nevadas. En Edimburgo, todas las escuelas fueron cerradas y la policía aconseja a las personas que no salgan, “salvo que se trate de un trabajador de emergencia”, hasta nuevo aviso. El aeropuerto de Glasgow permanece cerrado, y Gatwick en Londres esperaba “una gran cantidad de cancelaciones y retrasos en los vuelos”.
Las nevadas en el norte de Italia forzaron a cancelar la circulación de la mitad de los trenes, en tanto en Nápoles (sur), las escuelas fueron cerradas.
En el sur de Francia, donde el clima normalmente es benigno, las playas de Niza estaban cubiertas por un grueso manto de nieve. Cerca de Montpellier, unos 2000 conductores quedaron bloqueados en una autopista durante varias horas. En París, que despertó anoche bajo una capa de nieve, las autoridades continúan habilitando refugios de emergencia para las aproximadamente 3000 personas sin techo que hay en la ciudad.
En Alemania, la Asociación Nacional para las Personas Sin Hogar instó a los refugios a abrir durante el día y no sólo por la noche. “También puedes morir de frío durante el día”, advirtió su directora, Werena Rosenke.
En tanto, en Suiza, una fuerte y larga nevada causó el corte de calles, autobuses bloqueados, atrasos generalizados en los transportes interurbanos y el cierre del aeropuerto de Ginebra, tras más de una semana con 5 grados bajo cero de temperatura media y una sensación térmica de hasta 17 grados bajo cero y -40·C en las zonas montañosas más altas.