Desde Berlín
A Berlín todavía no se le hace justicia como la capital de diseño que es, fresca, atractiva, en renovación constante. Los motivos para esta efervescencia creativa son muchos, de los geopolíticos Muro mediante a los inexplicables que hacen que una ciudad vibre con una aura especial. A Berlín le sobra onda, como puede mostrar esta hoja de ruta en clave diseño.
PRENZLAUER BERG
El nombre es impronunciable, pero una vez que se lo conoce se lo aprende a como de lugar. En sus calles principales entre las paralelas Kollwitz Strasse y Kastanien Alle se levanta la mayor proliferación de tiendas y galerías de diseño. Y ni hablar de restaurantes y cafeterías, a cual más lindo. Viajamos hace unos años y ya eran muchos, pero ahora la concentración en estas cuadras es aún mayor.
¿Algunas perlitas? Para los amantes de la botánica en Hortus Conclusus (Prezlauer Alle 224) venden de postales a los más maravillosos libros de flores y plantas, souvenirs y objetos, además de ostentar un precioso café donde si andan con tiempo su dueña comparte sus saberes. A unos pasos, sobre Kollwitz al 22, se encuentra Lieblingsplatz, un local que reúne todo tipo de chucherías, porque no se las puede calificar de otra manera, pero exquisitas y bellamente manufacturadas. Juguetes de madera, cuadritos con ilustraciones de reconocidos profesionales de la ciudad como Janines Sommer y la más colorida papelería –cuadernos, anotadores y papeles.
En Berlín, así como en otras ciudades europeas, seguramente por una cuestión de costos y también de este valoración por el saber hacer y la historia detrás del objetos, la mayoría de los locales de diseño comparten espacio con el estudio/taller abierto al público, así generalmente detrás del showroom, y siempre a la vista, se puede ver la mesa de corte y máquinas de coser con los profesionales trabajando en la nueva colección. Tal el caso de Gushy (Rykestrabe 42), una tienda adorable, donde su diseñadora Sandra Kaufhold no sólo proyecta sus propias estampas y la ropa de niños y adultos, sino que atiende el local.
Para los que valoran la historia y buena factura de los objetos, Soul Objects (Prezlauer Alle 24), nombrado entre los 50 mejores concept shops del mundo, ofrece piezas increíbles de todas las épocas, de vajilla a los más exquisitos adornos, y una sección de accesorios para barbería increíbles, ya que la movida hipster en Berlín sale muchísimo.
Eso sí, en domingo, la cita obligada es el mercado de Mauer Park que arranca a las 8 de la mañana y es el deleite de los coleccionistas de casi todo: libros, vajilla, relojes, platería, ropa, muebles, litografías de botánica y casi todo lo que se puedan imaginar. Además de puestos especializados, hay un flea market donde sus dueños cotizan las piezas según el poder de regateo y cara del comprador.
Además de poder disfrutar de los más deliciosos puestos de comida callejera entre los que no podía falta las clásicas salchichas o los sándwiches de albóndigas. Sin lugar a dudas, el paseo más recomendado de la ciudad si es domingo.
¿Dato extra? Infaltable, para los que estando fuera tienen saudades La Criolla (Marienburger 9), casa de empanadas argentinas.
MITTE
Un poco más comercial, ya que sucumbió al ingreso de las cadenas internacionales, y como su nombre lo indica en el centro (mitte es centro) de la ciudad, pero conservando aún el encanto que le aportan un sin fin de galerías de arte y las cafeterías y librerías más hermosas, Mitte es otra de las regiones imperdibles para los amantes del diseño.
En su calle neurálgica, Alte Schonhauser 36/37 se encuentra O.K., un local delicioso que tiene la mejor selección de productos de la India, curados a la alemana. Un mix increíble de coloridos manteles, termos, canastos y alfombras a precios increíbles. Es que vale aclarar que Berlín, frente a otras ciudades de diseño, es muy accesible. Volviendo a este y otros, locales de diseño, da la impresión de que todo lo que tienen o han tenido de rígidos los alemanes, lo quieren revertir quienes se dedican al diseño, apostando casi en todos los casos por el colorido y estampa extrema.
También en Mitte da el presente Amodo (Linienstrabe 150), una tienda sutil que presenta desde exquisita cerámica a libros increíbles como los de las colecciones de Gestalten que hace unos años tenía en el barrio una tienda, pero ahora distribuye en locales de la zona. La editorial nacida en 1995 se concentra con virtuosismo a libros de diseño, gastronomía, ilustración, tipografía y super especiales dedicados materiales como artistas y proyectistas que trabajan con madera, papel o barro.
En esa línea, otro espacio para conseguirlos es la librería Do you read me? (Auguststrasse 28) que reúne la máxima oferta de los de arquitectura, artesanía y diseño.
DOS IMPERDIBLES
Por último, dos infaltables de los amantes de la disciplina de los que dimos cuenta en otras oportunidades pero siguen creciendo .En la zona que ahora se propone como la más bohemia, en el barrio turco, Kreuzberg, al oeste, se levanta el Museum der Dinge, un museo de las cosas. A una cuadra de la estación de subte Kottbusser Tor (pequeña Estambul) sobre la calle Oranienstrasse, se levanta esta institución que desde los años ‘70 se ocupa de atesorar en cuidadas vitrinas centenares, miles, de objetos del siglo XX y XXI. Los archivos de la Deutscher Werkbund (DWB) forman el corazón del museo. Una asociación de artistas, empresarios y figuras políticas fundada en 1907, uno de los movimientos utópicos culturales de principios del siglo XX, destinado a la promoción del diseño moderno y funcional en los productos industriales y la arquitectura.
Así, desde esa década y hasta hoy que sigue sumando piezas, el Museum der Dinge ha recogido objetos que ilustran la vida cotidiana. Objetos de diseñadores de renombre frente a otros sin marca, delicias funcionales junto a las piezas más kitsch (www.museumderdinge.de).
Además en Berlín se encuentra el archivo de la Bauhaus. Otro sitio emblemático y paseo obligado, a metros del precioso parque Tiergarten. No sólo por su edificio, proyectado por el gran Walter Gropius en 1964 para la ciudad de Darmstadt y construido en Berlín entre 1976 y 1979, sino por su acervo. El museo atesora gran parte de la historia del movimiento, con piezas claves. Muebles, cerámica, orfebrería, fotografía, piezas teatrales y trabajos de alumnos del curso preliminar, así como los creados por los archi-famosos maestros de la escuela, incluyendo al propio Gropius, Johannes Itten, Paul Klee, Lyonel Feininger, Wassily Kandinsky, Josef Albers, Oskar Schlemmer, László Moholy-Nagy y Ludwig Mies van der Rohe.