La falta de escuelas en la Ciudad de Buenos Aires y la ineficiente inscripción on line dejan sin acceso a la educación a miles de niños y niñas año tras año. El jueves pasado unos 15 mil chicos y chicas, un 41,7 por ciento más que el año pasado, se quedaron en sus casas porque están en lista de espera, lo que se traduce en un “no tenés vacante”. Unas 40 escuelas de nivel inicial y 33 en la zona sur y en Retiro resolverían el problema, sin embargo, la meta del gobierno porteño para este año es construir solo tres escuelas.
El año pasado el gobierno de la ciudad gastó cerca de 2 mil millones de pesos en publicidad, si se hubiera destinado un tercio de ese dinero a la construcción de escuelas el problema de las vacantes estaría resuelto, advierten diferentes organizaciones.
“Lo que nosotros venimos denunciando es que la totalidad del presupuesto necesario para hacer esas escuelas equivale a un tercio de lo que gastaron en 2017 para publicidad oficial. Gastaron dos mil millones de pesos para publicidad y nosotros necesitamos unos 850 millones para hacer las escuelas. No falta presupuesto, falta voluntad política de resolver la problemática”, enfatizó Patricia Pines, del colectivo Vacantes Para Todos en las Escuelas Públicas.
En el presupuesto 2018 figura la construcción de tres escuela: una de educación inicial en Andrés Ferreyra 3749; otra de nivel inicial y primaria en Santo Domingo 4050 y una secundaria sin dirección. El resto son reparaciones o ampliaciones.
“Entre los objetivos de 2018, la actual ministra de Educación, Soledad Acuña, olvidó poner el más elemental: garantizar el derecho a la educación de todos y todas”, subrayó la dirigente de Ademys Laura Marrone.
Según Marrone, se necesitan 40 escuelas más de nivel inicial para toda la ciudad. Además, 33 en zona sur y Retiro. “Pedimos escuelas chicas, como antes, no monstruos de cuatro secciones. A un promedio de 200 alumnos en inicial y 260 en primaria promedio, da esa cantidad estimativa”, precisó.
El año pasado se presentaron en la legislatura diez proyectos para construir nueve escuelas primarias, ocho de educación inicial y tres medias y en 2016 se había presentado un plan de construcción de 33 escuelas, pero el oficialismo se negó a tratarlos.
Desde la asociación de docente Ademys también reclaman un plan de construcción de escuelas acorde a la matrícula sin vacantes y coinciden en la cantidad de nuevos establecimientos que se necesitan para cubrir las vacantes.
Marrone contó a PáginaI12 que el gremio recibió denuncias y reclamos durante todo el verano, y debido a la falta de datos oficiales debieron hacer su propio relevamiento para poder estimar cuántos son los chicos que no tienen acceso a la educación.
Las cifras varían de acuerdo a la organización. Desde Ademys calculan que este año serán cerca de 13 mil, mientras que Pines, de Vacantes Para Todos en las Escuelas Públicas, estima que serán más de 15 mil.
A la falta de vacantes se le suma la ausencia de datos proporcionados por el gobierno porteño, por eso, el año pasado, la Legislatura aprobó un pedido de informes para actualizar los números pero el Ejecutivo nunca lo contestó.
Para Rubén Berguier, maestro de matemáticas y secretario gremial de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-Ctera), la cifra de chicos sin vacantes va creciendo año a año, sobre todo a nivel inicial. “Los pocos jardines que construyeron no alcanzan ni resuelven las nuevas cifras, y la situación económica obliga a toda la familia a salir a trabajar y a depender de los jardines maternales”, afirmó el dirigente.
Con respecto al nivel primario, Berguier aseguró que “si bien el gobierno miente cuando dice que no faltan vacantes, lo que pasa es que hay menos falta porque el Estado pone entre 35 y 45 chicos por curso. Fundamentalmente en la zona Sur de la Ciudad y en barrios como Soldati, Barracas o Parque Patricios.
“Mientras, en la zona norte de la ciudad ponen entre 20 y 25 por curso. Y convierten los colegios en jornadas dobles. En la zona sur no promueven la jornada completa para diferenciar las vacantes de la mañana y de la tarde, y convierten escuelas primarias en secundarias nocturnas. Esta modalidad hace decaer la calidad de la educación”, subrayó el dirigente de UTE.
Mercedes Mayo Lasalle, de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP) aseguró que en la ciudad “las desigualdades la atraviesan muchísimo, porque ya sabemos que el año pasado ya hubo 10.600 chicos sin vacantes en el nivel inicial, la mayor parte estaban en la zona Sur y eran pobres. En la Ciudad el desarrollo del nivel inicial está muy focalizado en la escuela privada, porque hay 471 jardines privados y 222 públicos, de acuerdo a los datos de 2010. Lo que significa que realmente la iniciativa del Estado siempre ha quedado muy atrás y el desarrollo de políticas públicas muy pobre, vinculada a la garantía del derecho a la educación y al crecimiento que tienen todos los niños en nuestro país. Y especialmente en nuestra Ciudad la Constitución garantiza este derecho”.
Mayo se refiere al artículo 23 de la Constitución porteña en el que se establece que el estado de la ciudad “asegura la igualdad de oportunidades y posibilidades para el acceso, permanencia, reinserción y egreso del sistema educativo”.
“En Argentina nacen más o menos unos 650 mil chicos por año, no todos van a jardín maternal, pero hay una falta muy fuerte en jardines maternales y salas de 3 años, aunque ha crecido mucho la matrícula en los últimos años de las salas de 4 años, dado que ahora es obligatoria. La obligatoriedad siempre ayuda a que haya construcción de jardines, nuevos nombramientos de maestros y la posibilidad de que realmente se garantice el derecho a la educación desde la cuna, que es lo que dice la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño y todas las leyes de protección de nuestro país”, agregó.
En ese sentido, explicó que la gestión macrista en la ciudad, tanto de Horacio Rodríguez Larreta como de Mauricio Macri, incentivan el crecimiento del sector privado a través de los Centros de Primera Infancia (CPI) que están supervisados y que están subvencionados a través del área de Desarrollo Social y Hábitat, y no del área de Educación.
“Estos CPI están operados por organizaciones no gubernamentales, organizaciones civiles y privados, por supuesto que no ofrecen lo mismo que los jardines maternales que dependen del área educativa, dado que no garantizan con plenitud el derecho a la educación, sino simplemente el cuidado del niño pequeño”, precisó.