El Tribunal Administrativo de Leipzig acaba de anunciar su veredicto y da luz verde a los ayuntamientos de las ciudades alemanas para prohibir la circulación de coches con motor diésel en los centros urbanos. Esta sentencia responde a la iniciativa de varias grandes ciudades alemanas, que desean evitar en sus centros este tipo de vehículos, los más contaminantes, y afecta a 15 millones de propietarios de automóviles en Alemania. Es la segunda y última instancia judicial que había de superar la decisión y tendrá sin duda efectos sobre todo el sector automovilístico europeo. Los óxidos de nitrógeno (conocidos por sus siglas como NOx) son gases tóxicos que pueden dañar las vías respiratorias y los ojos si su concentración es elevada. También pueden causar problemas cardiovasculares y pulmonares. De acuerdo con las cifras de la Oficina Federal de Medio Ambiente de Alemania, en casi 70 ciudades del país se registran niveles superiores a los permitidos. La lista la encabezan Munich, Stuttgart y Colonia.