A quince años del estallido social del 19 y 20 de diciembre de 2001, que terminó con una represión sangrienta con 39 muertos y el fin del gobierno de Fernando De la Rúa, partidos de izquierda y sindicatos se movilizaron hacia Plaza de Mayo para recordar aquellos días de crisis económica y social, del "que se vayan todos", y repudiar el actual ajuste económico aplicado por el gobierno de Cambiemos. "Ninguna tregua a los ajustadores" y "Paro nacional" fueron las consignas de la movilización, que también apuntó contra la CGT y la Iglesia, como integrantes de un pacto social con el Ejecutivo.
El Partido Obrero, el MST-Nueva Izquierda, junto a sindicatos como la Unión Ferroviaria, Suteba, Petroleros de Chubut, Sitraic (Construcción) y SUTNA (Neumáticos), fueron ocupando la Plaza de Mayo desde las 18 para conmemorar los "15 años de la rebelión popular". El referente del MST-Nueva Izquierda, Alejandro Bodart, fue uno de los oradores del acto y advirtió que si el Gobierno no empieza "a pensar en los de abajo", se van a crear "las condiciones para un nuevo 'Argentinazo', porque lo que provocó hace 15 años la explosión de bronca fue un gobierno insensible que no hizo nada de lo que prometió, sino todo lo contrario".
En el comunicado conjunto del acto, las agrupaciones rechazaron "el ajuste de Macri, los gobernadores y las patronales" y solicitaron también la "abolición inmediata del impuesto al salario", horas después que trascendiera el acuerdo entre el Ejecutivo, la CGT y los gobernadores. "La CGT, junto a la Iglesia, han dado mil vueltas para no convocar a un paro nacional y un plan de lucha en defensa de los trabajadores", advirtieron en el comunicado.
"Hay que empezar a dar vuelta un poco la lógica con impuestos a las grandes fortunas y la renta financiera, volver a poner retenciones a los enormes negocios de las agroexportadoras, terminar con los despidos, dejar de pagar la deuda y poner esa plata para reactivar la industria", propusieron.