Con el sistema neoliberal en la Argentina durante los años noventa emergieron un gran número de consultoras económicas privadas que tuvieron la doble función de asesorar y crear expectativas económicas. Esas funciones se ampliaron durante el gobierno anterior, debido a la caída en la credibilidad pública del Indec, lo que profundizó su rol como actores políticos. Por eso, no sorprendió que con la vuelta al poder de un gobierno neoliberal, que representa además los intereses de gran parte de los grupos económicos asesorados por estas consultoras, sus presidentes y/o directores hayan sido convocados para formar parte del gobierno. Fue el caso de Alfonso Prat Gay, fundador de APL y Tilton Capital, quien fue designado como ministro de Economía, Carlos Melconian, de M&S Consultores, promovido a la presidencia del Banco Nación, y de Martín Lousteau, de LCG, ubicado como embajador en Estados Unidos.

Aún en funciones, se encuentran Rogelio Frigerio, de Economía & Regiones, como ministro del Interior, Javier González Fraga de GF Macroeconomía como presidente del Banco Nación, Enrique Szewach de Evaluadora Latinoamericana, como director del Banco Central, Hernán Lacunza, de Empiria Consultores, como ministro de Economía bonaerense, Ricardo Delgado, de Analytica, como subsecretario de Coordinacion de Obra Pública, Jorge Todesca de Finsoport como titular del Indec, y Eduardo Levy Yeyati, de Elypsis, como director del Programa Argentina 2030 y presidente del Consejo de la Producción del Ministerio de Producción, además de un gran número de técnicos de estas y otras consultoras en cargos de segunda y tercera línea.

Si bien estos nuevos funcionarios públicos dejaron de aparecer al frente de sus consultoras, la opacidad de su distanciamiento, como la falta de una venta pública de acciones, puede plantear cuanto menos un conflicto de intereses. Un diagnóstico técnico realista, cuando todas las variables macroeconómicas experimentaron un retroceso en relación a 2015, dificultaría la confianza en la economía que estos funcionarios tienen como obligación promover, mientras que el caso contrario significaría una mala praxis ante sus clientes.

La decisión adoptada parece haber sido bajar el perfil público, lo que exhibe una forma de colaboración con un gobierno en el que sus variables no hacen más que exhibir el desbarranco económico. La consultora PWC Argentina, que celebró una gran cantidad de contratos con el gobierno, publicó el documento para inversores extranjeros “The Macri Administration: into the second part of the Presidential Term”, en donde celebra que “el Gobierno ha tomado medidas en la dirección correcta para recuperar los equilibrios macroeconómicos”, pero sin incluir las cifras de los déficit de balanza comercial y fiscal financiero, resaltando asimismo la colocación de deuda sin mencionar la fuga de capitales. 

Con consultoras cuyos fundadores y ex directores se encuentran contratados por el gobierno, y otras que celebran contratos de asesoría, aquellos inversores y capitalistas que quieran tener información confiable deben recurrir a los centros de Estudios sin vínculos con el gobierno, como el Centro Cifra de la CTA, el Instituto Germán Abdala, la Universidad Metropolitana del Trabajo, el Cepa, o informes de universidades públicas del Conurbano. Espacios de estudio de la cuestión económica que no nacieron para servir al capital.

@jblejmar