Matías Lammens habló del exitoso modelo que lo llevó a ganar con comodidad la reelección al frente de San Lorenzo: “Por supuesto que hubo profesionalismo, inteligencia y mucho trabajo en lo económico-financiero, sobre todo al principio. Pero al final del día lo que nos termina moviendo es el amor al club que tenemos, cómo nos atraviesa emocionalmente. Cuando uno combina esos factores con la capacidad, con armar y liderar buenos equipos, con la honestidad –que no tendría que ser una virtud a nombrar, pero así lo demanda el fútbol en nuestro país—, es muy probable que el resultado sea exitoso”. No bien asumió el primer mandato, Lammens comparó a San Lorenzo “con un gigante malherido al que había que cuidarlo, quererlo y sanarlo”. Y evocó una frase del ex gerenciador de Racing, Fernando De Tomaso: “La gente no festeja los balances en el Obelisco, pero tal vez debería hacerlo. Cuando uno apunta a un club que tenga sustentabilidad, hay que ordenar de abajo hacia arriba. El crecimiento es piramidal: los empleados tienen que estar al día, tanto como los jugadores del plantel”.
Un modelo contrapuesto a la SA
Este artículo fue publicado originalmente el día 21 de diciembre de 2016