La adopción es un acto trascendente que transforma la vida de los niños y la de los adultos que escogen este camino para formar una familia. Pero no es el único. Además de la vía biológica, la ciencia ofrece alternativas que se superan día a día, y que son opciones válidas y respetables cuando se trata de concretar ese profundo deseo.
Sin embargo, la adopción es esencialmente un camino para garantizar el derecho de niños y adolescentes a crecer en el seno de una familia. Es por ello que desde el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad implementamos una serie de reformas para agilizar los trámites, mejorar las evaluaciones de las personas que quieren adoptar, y especialmente para asistir a las nuevas familias para que se sientan acompañadas durante todo el proceso, ya que es una etapa compleja en la que se deben generar vínculos sanos y fuertes.
Pero también es prioritario que como sociedad avancemos hacia un cambio cultural: la familia no siempre se inicia con un bebé. Es importante resaltar que la mayoría de los chicos en estado de adoptabilidad tienen más de cinco años y son grupos de hermanos, y que sólo el uno por ciento de esos niños tiene menos de un año. Porque, sin embargo, la mayoría de las personas que quieren adoptar, inicialmente piensan en un niño muy pequeño y esa idea está muy arraigada en nuestra sociedad.
Los cambios introducidos ya arrojaron buenos resultados. Para las personas interesadas en adoptar, los tiempos de inscripción se redujeron a mucho menos de la mitad y los trámites son más amigables. Las evaluaciones son más exhaustivas y orientadas a la capacidad de cuidado y a la maduración del proyecto adoptivo. Para los chicos, las familias están llegando más rápido. Solo el año pasado, se intervino en relación a 178 guardas preadoptivas (antes, no superaban las 50 por año). De ese total, el 52 por ciento ya inició el juicio de adopción y el 39 por ciento de las familias continúan en período de seguimiento. Las situaciones de desvinculación, por su parte, no llegan al 9 por ciento. La asistencia y contención profesional se brinda desde la inscripción y durante todo el proceso de vinculación de la nueva familia.
Si como sociedad nos damos la oportunidad de pensar a la adopción con una mirada más amplia, muchos deseos –de niños y adultos– se podrían concretar antes.
* Presidenta del Consejo de Derechos del Niño de GCBA