San Lorenzo igualó en la tarde de ayer sin goles frente a Unión en el Nuevo Gasómetro, donde brindó una pálida imagen y volvió a dejar puntos en el camino hacia la cima del campeonato que comanda Boca, a once de distancia. Así, los de Boedo llegarán alicaídos (5 puntos de 15 posibles en el año) al clásico frente a Huracán de la próxima fecha, como visitante. Unión, por su parte, sigue sin ganar tras cinco partidos.
Con la derrota frente a Gimnasia en el lomo, el equipo de Claudio “Pampa” Biaggio salió desde el inicio a hacerse dueño de la pelota frente a los santafesinos. Pero con ella en su poder, no supo qué hacer. Principalmente porque ni Fernando Belluschi ni Rubén Botta tuvieron una buena tarde. Prueba de ello fue cuando, a los 18, el ex Tigre definió por arriba de Nereo Fernández, pero el veterano arquero despejó su tiro. En la segunda jugada, Belluschi remató muy desviado.
Por el lado de los santafesinos, de tímido planteo, lo más peligroso llegó a través de un centro de Lucas Gamba que ninguno de sus compañeros llegó a conectar, pero pasó cerca del arco.
Botta y Gamba –los de los apellidos hechos para el juego de palabras futbolístico–, tuvieron las más claras de un parco primer tiempo, que fue una fiel reproducción de lo que vienen haciendo ambos equipos.
San Lorenzo, que había terminado 2017 con cuatro triunfos en fila y a un punto del líder Boca, llegaba con una victoria en cuatro partidos desde la reanudación de la Superliga. Mientras que Unión, de buen desempeño durante 2017, sumaba cuatro encuentros sin ganar.
Pero en la segundo tiempo ambos elencos se animaron a más, un poco por necesidad y un poco por cansancio, y así el mediocampo se convirtió de a ratos en un mero lugar de paso. San Lorenzo avisó primero, a los 49, a través de Botta que, tras un centro frontal de Belluschi, cabeceó a las manos del arquero. Rápidamente, Unión tuvo la suya, otra vez tras un centro que no llegó a conectar Jonathan Bottinelli. El ex San Lorenzo fue de lo mejorcito entre los santafesinos, al igual que Fabricio Coloccini lo fue para los locales.
Apagados y desabastecidos los goleadores de ambos equipos, Nicolás Blandi (llegó a seis partidos sin convertir) y Franco Soldano, la esperanza de abrir el marcador pasó por los ingresados Nahuel Barrios, en el local, y Rodrigo Gómez, en la visita. Pero ninguno de ellos pudo modificar el vacío de ideas que sufrieron ambos equipos una vez que entraban al área rival.
Ni la del final le salió al Ciclón, cuando el colombiano Yeimar Gómez pifió un despeje en el área chica y habilitó a Matías Caruzzo que remató para que Nereo Fernández realice una de las atajadas de su vida.