El sector de madera y muebles, inserto en la cadena de valor foresto industrial, tiene un gran potencial en el entramado productivo argentino. A la abundancia y disponibilidad de un recurso de calidad, se le suma la disposición regional y heterogénea de establecimientos productivos vinculados al sector en todas las regiones el país, los cuales son en un 98,7 por ciento PyMEs; desde aserraderos, fábricas de tableros, fábricas de muebles y manufacturas de madera, hasta empresas de construcción con madera, productores de pisos y aberturas. El sector representa más de 150.000 puestos de trabajo, contabilizando empleo formal directo e indirecto. Rubros como la construcción con madera, la utilización de residuos del proceso productivo para la generación de energía y el diseño en la industria mueblera tienen un potencial inmenso en la cadena de valor y en su impacto en economías regionales, sobre todo del NEA y del NOA, aunque con influjo sobre todo el territorio nacional.
La coyuntura sectorial muestra signos de recuperación con elementos particulares en los subsectores. De acuerdo a los datos del Observatorio FAIMA e INDEC, en los primeros 9 meses del 2017 la producción del bloque de madera y muebles mostró una expansión de 6,5 por ciento con respecto al mismo período del año anterior. No obstante, el nivel de producción aún se encuentra por debajo de la performance de 2015 (-9,4 por ciento) y 2014 (-3,5). A su vez, esta recuperación exhibe una dinámica heterogénea hacia adentro del bloque, siendo muebles (+7,9), tableros de partículas (7,8 por ciento, casi exclusivamente destinados a industria mueblera) y actividades vinculadas a la construcción las líderes del crecimiento, mientras que la producción de madera aserrada y manufacturas de madera creció 2,6 por ciento.
En materia de comercio exterior, en 2017 se ha acelerado el aumento de importaciones. En el caso de muebles, sientos y colchones, el incremento fue de 33 por ciento en volumen y 28 por ciento en valores; mientras que en el sub-bloque de madera aserrada, tableros y manufacturas de madera, el incremento fue de 20,2 por ciento en cantidades y 10,6 por ciento en dólares. Mientras se esperan avances en materia de reglamentos técnicos (ya ha sido sancionado uno de maderas contrachapadas y hay en carpeta de reglamentos para colchones, tableros de partículas y muebles), el ingreso de producción importada supone una de las mayores preocupaciones del sector.
Las perspectivas para 2018 han mejorado respecto de la mirada empresaria en 2017. Solo el 7 por ciento de las empresas considera que sus ventas pueden mermar en 2018, mientras que el 47 por ciento espera incrementos. En materia de producción, el 37 por ciento de las empresas cree que su producción aumentará, mientras que el 52 por ciento considera que se mantendrá estable. Las perspectivas de inversión han mejorado pero de forma más discreta, en parte ante la precaución que supone una elevada tasa de interés y la baja de elementos de tasas preferenciales como la LCIP; el 53 por ciento de las empresas del sector se financia vía reinversión de utilidades.
Si bien estos números muestran un escenario en proceso de mejora, aún falta un largo camino que recorrer. En este sentido, la mejora en las expectativas se explica en parte por los resultados que se esperan del trabajo en la Mesa Nacional Foresto Industrial, encabezada por el Presidente de la Nación. En dicho espacio se discuten aspectos de competitividad vinculados a costos, logística, transporte, financiamiento productivo y aspectos impositivos provinciales. Se complementan con este espacio la Mesa Sectorial de Madera y Mueble del sector privado con el Ministerio de Producción y la de Construcción con Madera, de los Ministerios del Interior y Agroindustria. El desafío tanto público como privado es consistir las urgencias del corto plazo con una agenda de mediano plazo que dote de previsibilidad a la evolución del sector, en orden de quebrar la dinámica oscilante que históricamente ha mostrado, volviéndolo menos permeable a los efectos de ciclo.
* Director ejecutivo de Faima. Economista (UBA). Docente UBA y UCES.