(Advertencia: este artículo contiene spoilers sobre Rogue One. Si no vio la película, se recomienda abstenerse.)
Al comenzar su tercera temporada, The Sopranos tenía una línea narrativa en la que la madre de Tony Soprano testificaba contra él en la corte, un feo giro final en lo que había sido una relación tóxica. Cuando Nancy Marchand, la actriz que encarnaba a Livia, murió antes de filmar, tuvieron que reescribir las acciones de su personaje, montando material y diálogos previos para una pequeña escena en la que discute con su hijo antes de morir fuera de pantalla. Fue algo extraño, y el CGI (Computer Generated Imagery) no envejeció muy bien, pero fue admisible dadas las circunstancias.
Rogue One, el nuevo film “standalone” de la saga Star Wars, da un nuevo y profundo paso tecnológico en ese asunto de lidiar con actores muertos pero personajes muy vivos, llevándolo al borde de la distopía. Grand Moff Tarkin, el comandante de la Estrella de la Muerte, era una figura con tanto peso a la hora de diseñar Rogue One que no podía ser ignorada o mencionada al pasar. El director Gareth Edwards podría haber elegido un nuevo actor para el personaje –Peter Cushing murió en 1994–, pero en lugar de ello replicó su presencia a través de los efectos visuales. Al principio Tarkin es visto a través del reflejo en un cristal y podría haber quedado en eso, que era sutil y efectivo. Pero de pronto se da vuelta, en un gran momento de “revelación” en el que puede verse la mejor réplica humana generada por computadora en la historia del cine. El personaje no tiene ese brillo lustroso que a veces presenta el CGI, y la “sangre, sudor y lágrimas” que el estudio de animación Industrial Light and Magic puso en juego queda en evidencia. Porque, además, el cameo de “Cushing” no rompe con la narrativa del modo que muchas veces lo hacen las apariciones en CGI.
Es muy impresionante, y muy emocionante para los fans de Star Wars, pero deja flotando algunas preguntas existenciales inquietantes. Peter Cushing no aparece en los créditos por la inclusión de su apariencia, con lo que se presume que sus herederos dieron su aprobación. Y es probable que él estuviera de acuerdo con el truco para algo tan amado como la saga creada por George Lucas. ¿Pero cuán lejos puede llegar el recurso? Guy Henry, actor de la serie médica inglesa Holby City, fue quien hizo la captura de movimiento de Cushing interpretando a Tarkin; la idea de que un actor de telenovela interprete a otro con casi perfecta verosimilitud es algo incómoda. Más allá del buen trabajo que haga el nuevo actor, hay algo de explotación. Volviendo a Los Soprano: ¿habrá un día un actor de sitcom de ABC haciendo su mejor James Gandolfini?
“¿Qué podíamos hacer? Seleccionamos a alguien que se vea como ellos? ¿No los incluimos en la película? ¿Simplemente se los menciona?”: Edwards habló en Radio Times sobre el “problema Tarkin”, y quizá la respuesta podría ser que se buscara un nuevo actor para el personaje. Confiar en que el público tendrá la capacidad mental de aceptar a un intérprete diferente en el mismo rol, y recordar que uno de los disfrutes principales del cine es ver a gente actuar y meterse en un personaje, no simplemente clonarlo. La idea de alguien representando fielmente a una persona que murió excede incluso al cine; que un día alguien pueda tener una réplica perfecta de un ser querido produce sentimientos encontrados, interrogantes que podrían tener lugar en Black Mirror.
Como saben quienes vieron la película, no es la única aparición “fantasma” del film, que reserva su momento final a la presencia de Leia Organa modelo 1977. Lo curioso es que ni siquiera Carrie Fisher (presente en el Episodio VII y seguramente en el VIII) pudo hacer la captura de movimiento de su propio personaje, que fue realizado por la actriz noruega Ingvild Deila. “Idealmente acudís a los actores originales, pero han pasado 30 años, con lo que es imposible”, explicó Edwards. “ni siquiera pueden realizar la captura de movimiento. A medida que crecés no sos el mismo, todo tu lenguaje corporal es diferente”. Las imágenes impactan. Las preguntas quedan.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.