“Nuestro país está desequilibrado en materia de procesos penales y por ejemplo la reforma planteará penas más altas para los delitos de corrupción”, señaló ayer el ministro de Justicia, Germán Garavano, adelantando en parte el proyecto de reforma del Código Procesal Penal en el que trabaja el oficialismo. “Es necesario generar un equilibrio donde no se trate de mano dura sino de poder poner a la víctima en el lugar que corresponde”, agregó el funcionario, aludiendo a la nueva doctrina macrista.