La ola de inseguridad no reconoce fronteras ni respeta alfombras rojas: tras la ceremonia de los Oscar, en la gran fiesta posterior a la gala, un fanático se robó la estatuilla de la ganadora a mejor actriz, Frances McDormand. No es que los investigadores hayan tenido que ser muy sagaces para ubicar al ladrón. El caco se delató solo, al filmarse y sacarse selfies con “su premio”, de riguroso smoking como el resto de los invitados, para enseguida subir las imágenes a las redes. Se llama Terry Bryant, tiene 47 años, y al parecer no es la primera gala en la que logra colarse: en su celular guardaba fotos con gran parte de las celebrities de Hollywood. A lo mejor hubiera merecido, al menos, algún premio al tesón.
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