La esperanza de los berlineses de dar rápidamente con el responsable del ataque del lunes a un mercado navideño, que causó la muerte de 12 personas e hirió a otras 48, dio ayer paso al temor de que el agresor siga suelto por la ciudad y armado. A su vez, el grupo Estado Islámico (EI) reivindicó el atentado, según informó Amaq, la agencia de propaganda de la organización jihadista. Mientras tanto, en la capital alemana se realizó una ceremonia religiosa en honor a las víctimas.  

“Un soldado del EI cometió la operación en Berlín en respuesta a los llamados para atacar a los ciudadanos de los países de la coalición internacional anti EI”, precisó Amaq. La coalición internacional encabezada por Estados Unidos y en la cual participa Alemania, lleva a cabo bombardeos aéreos sobre las posiciones del EI en las regiones que ocupa en Irak y Siria. La canciller alemana, Angela Merkel, confirmó ayer que se trataba de un ataque terrorista y poco antes el ministerio del Interior ya había calificado de atentado la matanza. 

El ataque causó doce muertos, siete de los cuales fueron identificados como seis alemanes y un polaco. Dieciocho heridos se encuentran en estado crítico. Entre los heridos figura un estudiante español que sufrió varias fracturas pero está fuera de peligro. 

La policía de Berlín no estaba segura ayer de que el demandante de asilo paquistaní detenido fuera el autor del atentado, y a falta de pruebas la Fiscalía federal lo liberó, por lo que el verdadero responsable seguiría en fuga. “Se da el caso de que quizá tengamos a un peligroso criminal en la zona y eso, obviamente, pone a la gente nerviosa’’, advirtió el jefe de la policía berlinesa, Klaus Kandt. “Por supuesto, estamos aumentando las medidas de seguridad. Ahora es necesario un nivel de alerta elevado’’, agregó. El sospechoso era a priori el paquistaní llegado a Alemania el 31 de diciembre de 2015 siguiendo la ruta de los Balcanes y registrado en Berlín en febrero como demandante de asilo, indicó el ministro del Interior, Thomas de MaiziŠre. “Él niega el crimen. La investigación continúa’’, señalaba De MaiziŠre. 

Sin embargo, una fuente de la policía berlinesa fue más contundente: “Tenemos al hombre que no es’’, aseguraba al diario Die Welt. “El verdadero asaltante está aún en libertad y armado y puede provocar nuevos daños’’, añadió. Más tarde, la Fiscalía federal declaró: “La persona sospechosa, detenida tras el ataque, fue puesta en libertad por orden de la Fiscalía Federal. Las pruebas forenses obtenidas hasta el momento no proporcionaron evidencias de la presencia del acusado en la cabina del camión durante el crimen’’. La policía incrementó notablemente su presencia en estaciones ferroviarias y aeropuertos de la capital alemana y de la vecina región de Brandeburgo. 

El ataque fue condenado en duros términos por la canciller alemana.”Es un día muy duro, estoy profundamente triste”, dijo en una breve alocución televisada desde la sede de gobierno en Berlín, en la que calificó el hecho de cruel e inconcebible. Merkel llamó a sus compatriotas a no dejarse llevar por el pánico. “No queremos vivir en una situación en la que el miedo al mal nos paralice” y prometió pronto esclarecimiento y la aplicación de todo el rigor de la ley. “Aún cuando resulte difícil en estas horas, encontraremos la fuerza para vivir la vida como la queremos vivir en Alemania: libres, mancomunados y abiertos”, se mostró confiada la mandataria, quien colocó rosas blancas en el lugar del hecho.

Berlín honró el recuerdo de las víctimas junto a la Puerta de Brandeburgo, que estará iluminada con los colores nacionales. Durante la ceremonia religiosa celebrada en honor de las víctimas, el alcalde de la capital alemana, Michael Müller, resumió la conmoción de un país que vio cómo el peor augurio acabó cumpliéndose en la semana de Navidad. 

Las muestras de dolor y solidaridad por lo ocurrido se sucedieron a lo largo de todo el día. “La luz es más fuerte que la oscuridad”, “El terrorismo hiere a todo el mundo sin distinción”, rezaban varios carteles colocados en la Breitscheidplatz, protagonista del terrible suceso, a donde los berlineses se acercaron para depositar flores y encender velas tanto en la calle como en la Iglesia Memorial (Gedächtniskirche), ubicada en el lugar del ataque y donde se realizó la ceremonia religiosa. 

Merkel acudió al acto religioso acompañada de miembros de su Ejecutivo como el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, y el presidente federal de Alemania, Joachim Gauck, entre otras personalidades de la ciudad y del país. “Queremos recordar juntos a las víctimas del horrible atentado y decir a los familiares y afectados por lo sucedido que no están solos”, declaró Müller en la concurrida iglesia, que es uno de los principales símbolos contra la destrucción y la guerra y que fue fuertemente destruida durante la Segunda Guerra Mundial. 

“Desde ayer nos encontramos sumidos en una profunda tristeza”, aseguró el alcalde de la capital, al mismo tiempo que pidió no responder con odio al odio. “Queridos berlineses, permanezcamos unidos y mostremos la fortaleza de nuestra democracia”, apeló. 

“Por qué ha ocurrido esto es una pregunta que sobrevuela las cabezas de muchas personas”, reconoció por su parte el obispo de la Iglesia Evangélica Berlín-Brandenburgo, Markus Dröge, que estuvo acompañado en el altar por representantes de diversas confesiones religiosas, que uno a uno tomaron la palabra para dejar claro que los familiares no están solos y que la cohesión es más fuerte que cualquier odio. “No permitamos que el terrorismo nos enemiste sólo porque vivimos en culturas diferentes”, solicitó Dröge. “No nos dejemos seducir por la inhumanidad”, agregó.