A cinco días de dejar el poder, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, envió ayer al Congreso Nacional el proyecto de una nueva Constitución. La mandataria se había comprometido a hacerlo en su plan de gobierno hace cuatro años cuando asumió su segundo mandato presidencial.
“Vamos a gobernar hasta el último día, así que no es algo que debería sorprender a nadie”, dijo la jefa de Estado al firmar el proyecto de ley para justificar la presentación de la iniciativa ya en el final de su segundo mandato. “Es una propuesta que respeta nuestra tradición constitucional y sigue la senda de dos siglos de construcción de la Patria. Es nueva, porque modifica sustancialmente la Carta Política vigente, pero mantiene muchas de sus disposiciones, casi todas las introducidas en las reformas realizadas desde 1989 y muchas de las cuales provienen del texto de 1925”, señaló la presidenta durante una ceremonia realizada en el Palacio de La Moneda.
En un discurso de poco más de cinco minutos transmitido por cadena nacional el lunes, la mandataria había expuesto que el nuevo proyecto amplía el derecho al debido proceso, a huelga, al ejercicio de los derechos políticos, a la libertad individual y a la seguridad personal. También asegura la igualdad ante la ley entre hombres y mujeres, especialmente en materia salarial. Además, Bachelet indicó que el proyecto reconoce constitucionalmente a los pueblos originarios, lo que consideró una deuda histórica.
Sobre los motivos para el envío del nuevo proyecto, Bachelet expresó: “hoy tenemos un texto constitucional ilegítimo en su origen, con un conjunto de reformas válidas, pero sin coherencia con el resto de las disposiciones”, haciendo referencia al nacimiento de la actual Carta Magna en 1980, en plena dictadura cívico militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
A pesar de las críticas por anunciar el envío a pocos días del cambio de mando, fuentes al interior del Palacio de La Moneda expresaron que el próximo Congreso será más representativo de los chilenos. La razón de esto es que durante esta última administración se logró dar fin al sistema binominal, que llevaba a un empate legislativo, que no permitía cambios profundos, debido al quórum calificado que establece la actual Constitución.
No obstante, el diputado por el Partido Demócrata Cristiano, Fuad Chahín, al ser consultado acerca de si ve posible el futuro del proyecto durante el gobierno de Sebastián Piñera, fue claro: “No le veo mayor factibilidad, porque el presidente Piñera no tenía en su programa de gobierno este tema como prioridad, así que no veo que se pueda avanzar en la próxima administración”, según informó el diario chileno El Mostrador. “Esto debió hacerse hace un año, hace un año deberíamos haber conocido el texto, agregó el parlamentario.
El proyecto que se envió al Congreso, según informó Bachelet, ha nacido de la gente, ya que se originó en un proceso participativo que comenzó en octubre de 2015, en donde más de 200.000 chilenos participaron en encuentros y cabildos ciudadanos.
Otros de los puntos que incluye el proyecto de la nueva Carta Fundamental establece la inviolabilidad de la dignidad humana y el respeto y protección de los derechos humanos, para corregir lo que la presidenta llamó una tremenda omisión del texto actual. “Pero por sobre todo esta Constitución, garantiza una protección eficaz de los derechos que establece”, agregó la mandataria y finalizó: “(Con esta nueva Constitución) Chile se pone a la altura de los países más desarrollados del mundo”.
El domingo próximo, Bachelet entregará los atributos de mando al presidente electo Sebastián Piñera, tal como ocurriera hace ocho años, cuando finalizó su primer mandato.