El primer factor que explicó el magro desempeño de las exportaciones el año pasado fue la caída de las ventas al exterior del complejo oleaginoso. Según un informe que publicó ayer el Indec, los sojeros exportaron en 2017 por un total de 18.523 millones de dólares, lo que implica una caída interanual del 8,8 por ciento. El complejo sojero explicó el 31 por ciento de las exportaciones argentinas. La baja de la venta de soja tiene que ver con el proceso de retención de la cosecha por parte de los productores agropecuarios, a la espera de mejores precios externos y la suba del dólar y atentos al cronograma de reducción de las retenciones que dispuso el Gobierno, “la tablita” según la definen operadores del agro. Por el otro lado, la exportación de autos avanzó el año pasado un 14,4 por ciento gracias a la buena dinámica de las picks-up. En total, las exportaciones subieron 0,9, por debajo del avance de 19,7 de las importaciones. La sequía que afecta al agro podría profundizar el desequilibrio comercial este año.
El subsector más importante del complejo sojero es harinas y pellets, con exportaciones por 9082 millones de dólares, seguido de aceites (3726 millones) y porotos de soja (2732 millones de dólares). La Unión Europea adquirió 3008 millones de dólares en harinas y pellets, India se destacó con 1850 millones en aceite de soja y China se anotó con 2415 millones de dólares en porotos de soja. En total, la venta de derivados de la soja bajó un 8,8 por ciento. Sin embargo, la producción de soja medida en toneladas fue un 2,7 por ciento superior a la campaña anterior. La baja en las exportaciones se explica porque en la campaña previa del agro se había liquidado cosecha retenida en 2015 a la espera de la devaluación. Al contrario, el año pasado se retuvo cosecha especulando con mejores precios, suba del dólar y baja de retenciones que confeccionó el Gobierno.
El biodiesel también pertenece al sector sojero. Registró exportaciones por 726 millones de dólares a Estados Unidos y el resto de los países del Nafta, seguido de la UE (468 millones de dólares). Ahora, el Gobierno de Donald Trump frenó la compra de biodiesel a través de la suba de aranceles, lo cual dispara interrogantes en la industria local. Otro sector en donde Estados Unidos redobló a nivel global su política comercial proteccionista es el acero y el aluminio. Según el Indec, la venta de aluminio alcanzó el año pasado 763 millones de dólares, de los cuales 518 millones se destinaron al Nafta. En tanto, el complejo siderúrgico exportó por un total de 686 millones de dólares, el 1,2 por ciento del total, de los cuales 282 millones se dirigieron al Nafta. Las medidas proteccionistas de Trump implican no sólo el cierre de ese mercado sino que también amenazan con reducir el resto de los posibles mercados de destino.
El segundo complejo exportador en orden de importancia en términos de divisas es el cerealero, con 7628 millones de dólares (el 13,1 por ciento del total), que contiene al maíz (exportaciones por 3935 millones) y el trigo (2701 millones). Las ventas al exterior de maíz bajaron el año pasado 7,3 por ciento, aunque el trigo avanzó un 23,8 por ciento.
El complejo automotriz explicó el 10,8 por ciento de las exportaciones, con 6327 millones. De todas formas, si se tuvieran en cuenta las importaciones de partes y piezas, el resultado sería ampliamente desfavorable para el sector. Sólo el autopartismo registró un déficit externo de 6710 millones, mientras que las importaciones de autos terminados se ubicó el año pasado en un total de 6297 millones de dólares.
El complejo petrolero y petroquímico explicó el 5 por ciento de las exportaciones totales por un total de 2899 millones, con un incremento del 12,4 por ciento en relación a 2016. La ganadería explicó el 4,9 por ciento de las exportaciones totales a raíz de las ventas de carne (1543 millones) y las colocaciones de lácteos por 587 millones de dólares.
El saldo de exportaciones e importaciones arrojó el año pasado un déficit de 8471 millones de dólares, una fuerte reversión frente al superavit de 1969 millones de dólares de 2016. El agujero comercial se tapa con deuda externa. En enero, el rojo del comercio exterior se ubicó en 986 millones, lo que implica un muy mal comienzo del año. La sequía que afecta al campo junto a las medidas proteccionistas de Estados Unidos complican el escenario exportador para 2018, aunque la situación encuentra cierto alivio en la mejora de la economía de Brasil, primer socio comercial.