PLáSTICA
› “DOPPELGÄNGER”, LA NUEVA EXPOSICION DE JORGE MACCHI
Siniestras simetrías forenses
El artista, que en estos días prepara en Venecia el montaje de la instalación del envío oficial argentino en la Bienal, dejó en Buenos Aires una muestra que consiste en la creación de formas simétricas a partir de sangrientas noticias policiales. El mito del doble.
› Por Fabián Lebenglik
Mientras en estos días está en Venecia junto con el músico Edgardo Rudnitzky montando la instalación que presentará con carácter de envío oficial argentino en la Bienal, Jorge Macchi dejó en Buenos Aires una muestra en la galería Ruth Benzacar. Se trata de Doppelgänger (palabra alemana que significa “doble que camina” o simplemente, “doble”), que consiste en una secuencia de diez ploteados sobre las paredes del subsuelo de la galería, en que se reproducen noticias policiales del diario Crónica.
En cada uno de estos ploteados se distribuye el texto de las noticias en formas simétricas asimilables a distintos objetos, insectos o animales que se espejan y se unen a través de una frase-puente que se repite tanto en el cuerpo de texto de la izquierda como en el de la derecha.
Las notas seleccionadas por Macchi constituyen relatos sangrientos y detallados, donde se describen crímenes horrendos, en una prosa típica y de inconfundible sintaxis, que caracteriza al diario del que fueron tomadas. La búsqueda de las notas gemelas le llevó a Macchi ocho años, porque cada par debe cumplir con un preciso patrón formal, en el que se combina la cantidad de caracteres con la aparición de la frase puente (del tipo “macabro hallazgo” o “bañado en sangre”) que funciona como conexión entre ambos hemisferios textuales. La simetría, una de las más antiguas fórmulas compositivas del arte, es utilizada por Macchi como molde de estos relatos “siniestros” (y lo siniestro remite a cuando Freud describe la extraña sensación que produce ver imprevistamente la propia imagen en un espejo). La de los “dibujos” de Macchi no se trata de una simetría exacta sino de una aproximación que recuerda a las manchas utilizadas como fuente de interpretación psicológica en el clásico test de Rorschach. En este sentido, la muestra puede leerse como una burla “sangrienta” del test.
El Doppelgänger es la versión del mito del doble que proviene de la tradición alemana –también inglesa–, luego difundida en todas las culturas, que puede rastrearse especialmente en la literatura romántica de comienzos del siglo XIX y cien años después, en el cine. En esa tradición, que puede pensarse como un modo de reflexionar acerca de la identidad, el doble es la figura siniestra, espejada (misma imagen, carácter opuesto), que todo ser viviente tiene en otra parte. Es una suerte de inevitable gemelo que, si se tiene la mala suerte de verlo frente a frente, señala el presagio de la muerte inminente.
Con este mito se asocia también el transitado relato del que volvió de la muerte y dice haberse visto a sí mismo en una suerte de toma extracorpórea. El modelo del relato del doble, con sus infinitas versiones en la literatura y el cine, es una matriz muy productiva también para metaforizar los casos clínicos, paranoicos, esquizofrénicos, borders, a través de recursos como el desdoblamiento de la personalidad o la poética autonomía de la propia sombra.
La idea del clon a la vez idéntico pero de signo opuesto funciona como otro de los motores que inspiraron el trabajo de Macchi. Otra entrada posible (otra fuente, para utilizar un término caro a las artes y al periodismo) es la de los caligramas y poemas dibujados (en este caso prosas, militantes en su apego policial y forense).
Como dice la escritora y crítica de arte Belén Gache en el catálogo: “El espejo se constituye como superficie de lucha y enfrentamiento entre dos lógicas diferentes donde las coordenadas se subvierten”.
La simetría de estas piezas invierte aquí el efecto del mito del Doppelgänger, dado que las formas espejadas no funcionan como presagio sino como resultado de la muerte violenta (descripta en cada texto). La forma doble sería una forma inminente que sobreviene con posterioridad al relato de la noticia policial, contenida gráficamente en límites sinuosos. A su vez, esta suerte de clon autónomo, de copia independiente que supone la lógica de la obra de Macchi, reflexiona acerca de cuestiones propiamente artísticas como la relación entre modelo e influencia, original y copia; fuente y versión y así siguiendo.
(En la galería Ruth Benzacar, Florida 1000, hasta el 16 de junio.)