¿Por qué tanto odio a los niños? La infantil es la franja etaria que más crímenes padece en nuestra sociedad. Es la primera y principal víctima del gatillo fácil policial. No hay martirio que se le ahorre y las crónicas periodísticas sobreabundan en esta clase de hechos: violaciones, explotación sexual, explotación laboral, explotación delictiva. Porque los chicos que salen a delinquir tienen sin duda quienes los adiestran y quienes ponen armas en sus manos: el chico no nace delincuente. Pero además, ser niños y pobres eleva la vulnerabilidad a niveles ilimitados. Las criminales políticas sociales encaradas por la dictadura militar primero, y por el neoliberalismo después, hicieron tierra arrasada con la población, de la que un cincuenta por ciento cayó a niveles de pobreza y de indigencia. Ha habido una recuperación relativa, pero se mantiene una gran deuda. Las estadísticas apabullan: la mitad de los niños está sometida al hambre y la desnutrición, carece de atención médica y de escolaridad. Sin embargo, ciertos sectores de la sociedad apuntan su odio sobre los niños. Quieren elevar su vulnerabilidad criminalizando al niño pobre. Para que aumente la cantidad de víctimas del gatillo fácil, para contribuir al linchamiento social, bajando el nivel de imputabilidad. De nuestras patologías, el odio a los niños es la más execrable. Es otra herencia de la dictadura militar.

Eduardo Baird

DNI Nº 6.066.231