—¡Mamá, mamá, los fideos se están pegando!

—... dejalos que se maten.

Siempre me hizo mucha gracia el chiste, por lo fresco e ingenuo. Ahora imagine usted que se lo cuentan unas diez veces por día. O imagine una escena divertida de alguna buena película y luego se la obligan a ver varias veces por día, como si usted fuera el personaje de La naranja mecánica...

—¡Mamá, mamá, los fideos se están pegando!

—... dejalos que se maten.

Una tortura, ¿no? Esto no es lo que aparentemente creen los “creativos” publicitarios y las empresas que los contratan para dar a conocer sus productos con tediosos y/o estridentes y/o chistosos diálogos o monólogos televisivos o radiales.

El fenómeno no es argentino, por lo que se puede ver en el cable, una opción que antes nos permitía ver programas sin publicidad. ¿Recuerda lo maravilloso que era? Ahora hay que mirar la película con el control remoto en la mano, de lo contrario hay que soportar una y otra vez larguísimos mensajes audiovisuales, algunos de los cuales arrancan una sonrisa la primera vez... y una puteada las siguientes.

—¡Mamá, mamá, los fideos se están pegando!

—... dejalos que se maten.

Y la radio es peor, se agrava el problema con la lectura rapidita de la parte legal, gracias a las posibilidades que brinda la digitalización del audio. Personalmente incluyo a los productos publicitados en mi lista negra. ¿Estaré loco?

—¡Mamá, mamá, los fideos se están pegando!

—... dejalos que se maten.

Guillermo Enrique Haut

DNI 8.558.694