Sé que está un poco atrasada esta carta, pero tuve la oportunidad de escribir esto y me surgieron las ganas de demostrar que también a los 17 años se puede pensar en la verdad. El 12 de Octubre es supuestamente un día a recordar, porque fue el inicio de una nueva época, una época que debía traer cultura a nuestras tierras, civilización y tantas otras cosas. Pero tan sólo fue el inicio del fin de cientos de maravillosas tribus, que vivían a lo largo del suelo americano. Una pisada española y cientos de ríos de sangre comenzaron a fluir, todo por la codicia de los supuestos seres civilizados. Se recuerda a Colón, ¿pero qué hay de Pizarro? ¿Qué hay de Cortés? ¿Por qué hemos hecho ojos ciegos a que perdimos nuestras raíces, a que a nuestros antepasados les usurparon sus tierras, su paz, sus vidas? No hay entonces nada que celebrar, no es un día para las razas sudamericanas, es un día para el genocidio, el egoísmo, el odio, la corrupción, un día en el que, en vez de sólo hacerlo feriado, habría que recordar todas esas costumbres que los que poblaron antes de nosotros tenían. Para nosotros, los porteños, pareciera que no es importante, porque en nuestra mente no cabe la idea de que hubiera indígenas en Buenos Aires, pero sí los hubo. Estuvieron los het, los chanas, que tuvieron que pelear contra los adelantados, y se inventaron ridículas historias, como aquella que dice que los charrúas se comieron a los españoles que llegaron, cuando lo que hicieron fue expulsar a esos demonios, que sobre esas bestias de cuatro patas podían vérseles las pústulas, causadas por la viruela y la sífilis, enfermedades que los incultos y ateos indígenas desconocían. Es por eso que se debería recordar esta fecha como trágica, es por eso que el feriado debería teñirse de negro en nuestro país como lo han hecho otros países sudamericanos. Deberíamos poder recordar claramente, y que no sean vagas ideas. La indianidad argentina, porteña, ha sido enterrada, para mal, en lo más oscuro de un libro de historia, que nadie parece haber leído. El 12 de Octubre es un día para recordar, pero para recordar con la sensación de haber perdido algo, y no la felicidad de poder no hacer nada en casa, porque así sólo nos acercamos más a la ignorancia, en vez de abrazar la cultura.
Guillermina Bodor
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