He leído atentamente la nota “Un juez en debates éticos”. Comparto las opiniones acerca de la falta de integridad en la conducta moral de una persona que estando acusada de crímenes de lesa humanidad protagoniza actividades en bioética. No es correcto decir que hay que esperar que la Justicia lo juzgue porque el juicio jurídico y el juicio moral son juicios distintos. La ética y la bioética no se deducen del derecho. Y esto es porque un mismo hecho es distinto en perspectiva jurídica o ética. Por eso he observado que la nota no hace mención alguna a un hecho principal: la denuncia inicial del caso Hooft fue realizada por las víctimas del terrorismo de Estado y recogida en el Informe Nunca Más diez años antes de la creación de la Asociación Argentina de Bioética. No se puede considerar una campaña de “difamación pública” al sostenido reclamo de justicia legal y moral de las víctimas. La demanda actual para el alejamiento de Hooft no es más que una tardía consecuencia que debiera haber evitado responsablemente quien, sabiendo los gravísimos cargos de los que era acusado, no debería haber expuesto institucionalmente a quienes de buena fe practican la bioética.

Juan Carlos TealdiMédico, especialista en bioética