Los grupos, personas, sectores ideológicos y todo lo demás que sostenían su oposición al aborto que se hubiera practicado sobre la menor discapacitada que fue víctima de violación ganaron la partida. Lograron lo que querían. Finalmente lo consiguieron. Ahora bien, cabe preguntarse, cómo lo lograron. Aquí hay algo que destacar. Cuando uno lucha por un ideal noble, generalmente utiliza armas también nobles. Cuando uno está convencido de su derecho, lo defiende con derecho, con razón, con la lógica. Cuando se lucha honestamente no hay nada más que luchar. Sin embargo, aquí el triunfo está dado por la chicana. Triste triunfo. Semejante a quien gana una partida con trampas o en un deporte con doping. ¿Cómo se sentirán aquellos que lograron su cometido? Porque desde que una magistrada tal como lo dijo la propia Justicia se extralimitó en sus funciones, desde ese mismo momento se puso en marcha la trampa. Algo así como si hubieran dicho “dejemos andar la maquinaria; pase lo que pase tardará tanto en salir una decisión que cuando salga, será demasiado tarde”. Una vez más la Justicia no es para los débiles.

Julio E. Caro

DNI: 10.690.118