El viernes 27 de julio de este año me encuentro viajando hacia mi casa en la zona de Olivos, en la línea de colectivos 59. De inmediato que saqué el boleto y me senté, sentí un ruido muy fuerte debajo de éste: un chico de alrededor de 18 años había cruzado la calle sin mirar. Inmediatamente llamé al 911 y fui hasta donde se encontraba esta persona y sólo le decía que no se mueva que ya venían a auxiliarlo. Esto comenzó a las 14.20 de aquel triste día; por intermedio de una doctora del lugar nos enteramos de que había fallecido. Llegó la policía y de todos los pasajeros sólo quedamos dos. La policía nos tomó algunos datos y estábamos a la espera del fiscal. Llegó el fiscal, la policía científica y nosotros seguíamos allí, sólo que debíamos esperar; nos refugiamos dentro de un local frente al lugar del hecho, ya que hacía mucho frío. Mi celular sonaba a cada rato, “cuándo venís” me preguntaban, y la respuesta era “ya falta poco”, pero para esto ya eran las 17. Llegaron los padres para reconocer el cuerpo y mi angustia cada vez se acrecentaba más, sólo quería salir corriendo de allí, no ver más. Después nos llevan en un coche de la policía hacia la comisaría, ya eran las 18 y nos dicen que en un rato nos toman la declaración. Mi celular seguía sonando y yo daba las mismas respuestas, “en un rato voy”. El cansancio y el dolor de lo vivido ocupaban todo mi ser. A las 20.15 me toman la declaración y otra vez a revivir todo. A las 21, salgo de la comisaría hacia mi casa. Más allá de que la Justicia tendría que preservar con más cuidado a los testigos, todas esas horas que pasamos allí con mi otro compañero no se comparan por nada del mundo con el sufrimiento de aquellos padres que al llegar tuvieron que enfrentarse con la muerte de su hijo. Mis días ya no son los mismos, todavía me invade la tristeza, pero tengo una familia y por ella tomé la decisión de ser testigo, de comprometerme con el otro. Cuántas veces hemos escuchado que se piden testigos para solucionar algún caso. Por eso, más allá de la espera, tomemos conciencia para que algunas cosas cambien dentro del sistema.
Patricia Dell Acqua
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