Bibliotecas populares
Septiembre es un “mes educativo” por sus fechas: Día del Maestro, del Profesor, del Estudiante, de la Alfabetización, del Bibliotecario y de la Biblioteca Popular. Entre todas las mencionadas, por pertinencia y competencia de profesión, y con sincera vocación, voy a dar un abrazo “simbólico” a través de este breve mensaje de aliento cálido y continuidad para las personas que desarrollan un trabajo silencioso pero continuo, una labor rutinaria pero necesaria para ordenar, clasificar y catalogar la información en sus diferentes presentaciones: a los bibliotecarios, quienes realizan una actividad ciertamente desconocida en los distintos ámbitos de nuestra amplia sociedad (escuelas, universidades, instituciones, empresas y hasta en las vecinales).
Las Bibliotecas Populares suplen, en gran medida realista, a un amplio sector de la población que no puede asistir a las grandes bibliotecas públicas (ya sea por distancia o por ausencia de las mismas). Como observarán y apreciarán, cuán necesario es alentar esos espacios socio-educativos por excelencia a lo largo y ancho de nuestra nación.
La invitación a colaborar está hecha, ahora es tiempo de multiplicar las bibliotecas en todos los ámbitos.
Ana María Córdoba
DNI Nº 13.667.245
Iglesia y Gobierno
Soy sacerdote y ejerzo mi sacerdocio entre hermanos pobres. Vivo entre ellos desde hace mucho tiempo y pude experimentar cómo mejoró la situación social entre ellos. En la época de la debacle era desesperante la falta de comida, medicamentos, ropa y elementos escolares por la falta de trabajo. En mi parroquia ya no sabíamos cómo socorrer a los necesitados. Lentamente, con las medidas del doctor Kirchner la cosa fue cambiando.
Yo no le hablo desde el palacio arzobispal de ninguna curia. Le hablo desde una humilde parroquia y desde una humilde casa parroquial. Desde mi pequeño lugar en la Iglesia, les digo que no comprendo a mis superiores que hablan de diálogo y no dialogan. Hablan de pobreza y viven como ricos. Tengo 68 años y conservo los ideales del Concilio Vaticano II. Quiero decirle al doctor Kirchner que somos muchos los cristianos del pueblo simple pero no tonto, muchos sacerdotes, viejos y jóvenes que lo apoyamos y rezaremos para que él y su señora no aflojen en este modelo de trabajo, dignidad e inclusión que comenzaron. No somos tontos. No se olviden. Tenemos memoria. Y tenemos ideales.
Arnoldo Clavijo
DNI Nº 6.175.434
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