En Bahía Blanca, el 1º de septiembre entró en vigencia la tercera y última etapa de la ordenanza Nº 14.254, que prohíbe fumar en todos los lugares cerrados de acceso público, tanto de la órbita pública como privada. Siento la necesidad de escribirles debido a la gravedad de los dichos de una parte minoritaria del sector gastronómico que ha intentado atropellar autoritariamente el espíritu de la norma que regula la creación de ambientes libres de humo de tabaco en la ciudad. Entre los argumentos expuestos se hace mención a las pérdidas económicas que las medidas tendrían sobre sus locales. Sin embargo, a través de experiencias previas a nivel internacional y regional se sabe que esto no es así. Asimismo, este pedido reviste otro aspecto y es el derecho que tienen todos los empleados a trabajar en un ambiente laboral saludable. La legislación sobre salud y seguridad laboral exige que los empleadores protejan a su personal contra todas las sustancias nocivas en el ámbito laboral y que se tomen medidas para promover la salud y garantizar la seguridad y el bienestar de sus empleados. Y hoy son contundentes los estudios e investigaciones científicos que establecen de manera inequívoca que el humo de tabaco causa enfermedades y hasta la muerte de aquellos que se exponen, sean fumadores o no. Asimismo, se sabe que la simple separación de áreas de fumadores y no fumadores puede reducir pero no elimina completamente la exposición al humo de cigarrillo de los no fumadores. Las pruebas científicas demuestran que la tecnología actual de los sistemas de ventilación no puede eliminar completamente del aire todos los componentes carcinógenos del humo del cigarrillo. A partir de todo esto, la pregunta que la sociedad debería plantearse no debería ser ¿es lícito destruir y “acomodar” una norma consensuada a los intereses económicos de un sector minoritario a cambio de tener como costo la vida de las personas que concurren a estos locales, incluidos en muchos casos niños, y de los empleados que allí trabajan sin tener oportunidad de elegir y siendo condenados a pasar su jornada laboral en una “cámara de gas”?

Lic. Gabriela Regueira-Red

Latinoamericana y del Caribe de Mujeres para el Control del Tabaco