CULTURA DIGITAL › EL RECONOCIMIENTO FACIAL A PRUEBA EN FACEBOOK
El sitio Face.com desarrolló un poderoso software de reconocimiento facial y presenta tres aplicaciones (Photo Finder, Photo Tagger y Celibrity Findr) que reconocen fotos para Facebook y Twitter.
› Por Mariano Blejman
Hasta hace poco, el software de reconocimiento facial pertenecía al cerrado mundo de las agencias de seguridad. Aeropuertos, puestos de migraciones o estadios de fútbol incorporaron tecnología de reconocimiento de caras: concretamente, sacarle una foto a una persona e identificarla por sus características biométricas. Con la seguridad internacional como estímulo (ahh, el terrorismo), avanzaron en el desarrollo de algoritmos cada vez más complejos y secretos que permiten identificar con hasta un 99,7 por ciento (casi como la lavandina) a una persona con sólo escanearle el rostro. El software “identificador de caras” se puso de moda en películas como Mision Imposible 2 o la saga de Jason Bourne, y también comenzó a aparecer últimamente en cámaras fotográficas digitales, que permitían detectar sonrisas y buscar imágenes similares.
Ahora bien, ¿qué pasa cuando 600 millones de personas –digamos, todos los usuarios de Facebook– tienen a su disposición una tecnología capaz de identificar fotos propias y “taggear” las de sus amigos? ¿Cómo puede un usuario de Facebook saber quién de sus amigos está subiendo fotos propias? O, para terror de las ONG que velan por la privacidad: ¿se puede identificar a alguien cuya imagen está en un perfil público de Facebook con sólo sacarle una foto por la calle? La mayoría de esas respuestas las pueden dar los creadores de Face.com, una compañía que desarrolló una plataforma abierta de reconocimiento facial. Hasta ahora, gracias a Face.com cerca de 15 mil programadores están desarrollando aplicaciones de reconocimiento facial para la web, las redes sociales y los celulares. “Somos conscientes de los problemas que pueden ocurrir con este software y somos muy cuidadoso en cuanto a las condiciones de seguridad”, cuenta David Speiser, vocero de Face.com a Página/12, una empresa israelí dirigida por Gil Hirsch.
En marzo de 2009 Face.com lanzó Photo Finder, una aplicación para Facebook que –usando su algoritmo de reconocimiento facial– escaneaba álbumes personales y “de amigos” para descubrir fotos propias no identificadas. El objetivo no era desarrollar la aplicación comercialmente sino demostrar el poder de su algoritmo. Actualmente, una versión beta sigue funcionando en Facebook, pero todavía no está abierta al público –y tal vez no lo esté por un buen tiempo– sino que funciona por invitación. Unos meses después, Face.com lanzó al público Photo Tagger, una aplicación “para aumentar la productividad”, según Speiser, que permite “marcar” varias fotos “propias” al mismo tiempo. “Cuando subes fotos a Facebook la aplicación sugiere que hay 12 fotos tuyas, 15 de tu novia, 35 fotos de tu madre, y permite crear todos los tags al mismo tiempo”, cuenta Speiser. El motivo del crecimiento de Face.com ha sido mantener abierta, libre y gratuita su plataforma de desarrollo para que otros puedan trabajar sobre su algoritmo y pensar sus propias aplicaciones.
La filosofía de Face.com es que si la información está en el ámbito público (perfiles disponibles, álbumes de fotos abiertos) entonces se puede trabajar sobre ellos. Y la diferencia con otros sistemas de identificación de rostros es que trabaja sobre fotos comunes antes que imágenes “para pasaportes”, que tienen reglas más estrictas de encuadre e iluminación. Sin embargo, la aplicación Celebrity Findr, también de- sarrollada por Face.com, va más allá, y permite sacarle fotos a “gente famosa”, identificarla rápidamente y mandarla a Twitter con un porcentaje aproximado de fiabilidad del 70 por ciento. En dos años, el motor de Face.com ha escaneado más de 20 mil millones de fotos e identificado más de 52 millones de caras. Y tiene entre los principales competidores al Apple iPhoto, Google Picasa y Polar Rose.
Como se dijo al principio, la evolución del software de reconocimiento facial mejoró en los últimos cinco años a una velocidad inédita. Según Juan Carlos Muller, de Creative House, una empresa argentina que trabaja con el motor de los alemanes de Cognitech, es una herramienta de identificación que tiene casi el mismo nivel de fiabilidad de la huella dactilar. Este software se usa en puestos fronterizos de Estados Unidos, Europa, Australia, Nueva Zelanda y Bolivia y ha ganado los últimos “tests” internacionales del Face Recognition Vendor Test, y tiene como gran competidor a nivel mundial a L1. También Cognitech –según Muller– está desarrollando aplicaciones junto a uno de los grandes portales mundiales de la web. ¿Google? Veremos.
Entre las toneladas de informaciones depositadas voluntariamente en Facebook por uno de cada diez habitantes del planeta, las implicancias sobre el software de reconocimiento facial en la vida cotidiana son cada vez más imponderables e inmanejables. Muller –que se dedica a este tema todos los días de su vida– es más que consciente de ello: “En mi página web no subo mi foto. Las personas que suben datos personales a Facebook, fotos con sus hijos o amigos, están tomando riesgos altos. Es un escándalo porque a los fines de seguridad es terrible. Sin embargo, a los fines jurídicos la identificación legal por reconocimiento de rostro es algo que siempre existió”, cree Muller. Según el blog oficial de Facebook, el 90 por ciento de sus usuarios sube al menos una foto. Y se cargan cerca de cien millones de fotos por día en la gran red social. “Es insano”, escribió Sam Odio, gerente de productos fotográficos de Facebook. Y sí.
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