CIENCIA › UN LABORATORIO BRASILEñO PRODUCE VECTORES GENéTICAMENTE MODIFICADOS PARA COMBATIR EL DENGUE
Una planta en San Pablo produce por semana unos 500 mil mosquitos que al ser liberados ayudan a aniquilar el Aedes aegypti, el principal vector del dengue. Es la primera fábrica en el mundo en su tipo. Brasil es el país más afectado por esa enfermedad.
Una fábrica con un producto muy original se suma al paisaje industrial de San Pablo: mosquitos genéticamente modificados para combatir el dengue, una enfermedad tropical que puede ser mortal y que viene castigando a Brasil más que a ningún otro país este año.
Es un día tibio y seco de invierno en Campinas, interior del estado de San Pablo, a unos 100 kilómetros de la capital. Pero dentro del laboratorio de la firma inglesa Oxitec, el calor y la humedad recrean el ambiente tropical del verano brasileño, muy húmedo y caliente. Hay tres salas: en una hay jaulas con hembras y unos pocos machos para reproducción; en la segunda, decenas de bandejas con agua donde crecen las larvas, y una tercera con frascos llenos de miles de mosquitos machos listos para ser liberados.
“Este es el ambiente ideal para que el mosquito Aedes aegypti, el principal vector del dengue, se reproduzca y crezca”, explica la bióloga portuguesa Sofia Pinto, de 32 años, responsable de esta industria de zancudos.
Es la primera fábrica en el mundo para la comercialización de mosquitos transgénicos contra el dengue, aunque aún no obtiene el permiso de la autoridad sanitaria brasileña para la venta de su producto, precisa la científica. Por ahora, el laboratorio se está dando a conocer entre las alcaldías, potenciales clientes, que en Brasil son las primeras en combatir el dengue a menor escala.
Oxitec inauguró a fines de julio su planta en Brasil, el país con más casos de dengue este año en el mundo.
Desde Inglaterra, Oxitec trajo a Brasil el linaje del mosquito OX513A que desarrolló en 2002. Aquí se reproducen machos y hembras con su información genética modificada, listos para cumplir su tarea. Las hembras serán conservadas para reproducción, junto a algunos machos, mientras que la gran mayoría de ellos serán liberados. ¿Cómo funciona? “Una vez liberados, los mosquitos buscan hembras salvajes para copular y reproducirse. Pero gracias a esta modificación genética, que se transmite, toda su prole morirá antes de llegar a la fase adulta, por lo que no podrán picar ni transmitir el virus del dengue”, explica Pinto.
La modificación no es contra el virus en sí, sino contra su vector. La meta es que poco a poco estos mosquitos transgénicos reemplacen a los salvajes. “El Aedes aegypti afecta sólo a las personas y este proyecto apunta específicamente a esta especie de insecto”, añade la bióloga.
Este zancudo es originario de Africa y fue introducido en Brasil, por lo que se considera una especie invasora. Por ello su eventual desaparición no sería un atentado ambiental, dice Pinto. “Es un mosquito eminentemente urbano y eliminarlo de este ambiente no provoca gran impacto: no es polinizador ni alimento específico de otros insectos o animales”, señala.
Hasta ahora el mosquito modificado sólo fue liberado para ensayos en las islas Caimán, en el estado de Bahía, en el nordeste de Brasil; en Estados Unidos y Malasia. Actualmente el laboratorio puede producir 500.000 mosquitos semanalmente, con una capacidad potencial de hasta dos millones.
Existen cuatro tipos de virus del dengue y no hay vacuna ni tratamiento específico contra ellos, sólo medidas de apoyo para que los pacientes enfrenten la fase más aguda. “Los síntomas pueden variar desde un malestar muy leve, fiebre, hasta las formas más graves, de sangramiento y shock”, explica el médico Esper Kallas, infectólogo del Hospital Sirio Libanés de San Pablo. “Y cada epidemia es una demanda enorme para los centros de salud pública, que colapsan”, añade.
Según la Organización Pana-mericana de la Salud, el Cono Sur es la región con más casos de dengue en el mundo este año: 670.139. Y ahí está Brasil, con 659.051 casos, por lejos el más afectado del planeta, con 249 muertos en lo que va de 2014. Después la zona andina, con 131.542 casos y luego América del Norte y Centroamérica con 95.077 casos en 2014.
El Aedes aegypti es un mosquito totalmente adaptado a la vida de las ciudades. Cualquier fuente de agua estancada –incluso un florero– puede ser su hábitat. Y no tiene nada de “ave nocturna”: las hembras pican a los humanos durante todo el día. Hay otros vectores del dengue, pero con un impacto mucho menor.
Según el infectólogo Esper Kallas, los mosquitos transgénicos son una “manera original” de combatir el dengue, aunque aún hay que esperar sus resultados a largo plazo.
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