CIENCIA › DIALOGO CON EL GEOLOGO DANIEL PEREZ
Los geólogos interrogan a las piedras y las piedras les relatan los avatares y la historia lejanísima del subsuelo, que se arrastra a través de millones de años.
› Por Leonardo Moledo
Un país no es sólo geografía (física y humana): también es subsuelo, capas de roca enterrada, minerales, millones de años acumulados por las lentas fuerzas que van modificando la Tierra y moviendo las placas tectónicas, los océanos y los continentes. La geología cuenta una historia larguísima y, literalmente, enterrada. Penetrar en ella, descubrir cómo se comportaron los Andes en épocas tan remotas que exceden al nacimiento de la especie humana es la tarea de geólogos como Daniel Pérez, investigador del Laboratorio de Tectónica Andina del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.
–¿Qué se hace en este laboratorio?
–Lo que hacemos en el laboratorio son dos cosas: primero damos clase y llevamos adelante una tarea de investigación y formación de recursos humanos; hay materias teóricas y otras más prácticas, por ejemplo Tectónica de campo es una materia dictada pero en el campo arriba de una roca, como quien dice; vamos al campo, en este caso a San Juan, y se trabaja directamente en el afloramiento: los alumnos después tienen que hacer prácticas que también se hacen en el campo, paramos en un camping y después se aprueba la materia.
–¿Y la parte de investigación?
–La parte de investigación la desarrollamos principalmente en los Andes de San Juan, los Andes de Mendoza: ahora hay una parte del grupo que se está tirando más al sur de la parte de Neuquén, hay otro grupo que está trabajando la parte de Tierra del Fuego, y yo en un par de oportunidades trabajé en Catamarca, Jujuy, La Rioja.
–¿Qué hacen ahí?
–Lo que hacemos ahí es un mapeo de geología, es decir, reconocimiento de rocas, si son sedimentarias, ígneas, volcánicas y muestreo de las rocas. Un afloramiento...
–Un afloramiento...
–Un afloramiento es un conjunto de rocas que se fueron depositando. Por ejemplo, si fuéramos a Córdoba y viéramos un granito, eso se llama un afloramiento: es un pedazo o una porción de una roca “in situ”, no es que está puesta como en un parque. O por ejemplo aparecen afloramientos cuando, por ejemplo, se hace un corte de un camino antes de poner todo el asfalto. Las rocas por lo general tienen inclinaciones: una roca sedimentaria que se deposita, por lo general, se deposita horizontal, pero uno después la encuentra inclinada o plegada porque se plegó por los movimientos de la tierra. Y hay otro tipo de rocas que son las metamórficas y que son rocas volcánicas o sedimentarias que sufrieron mucha presión y mucha temperatura que están muy plegadas y muy deformadas y que han estado a 30 o 40 kilómetros de profundidad.
–¿Y después?
–Después, aparte de hacer el mapa sacamos muestras para mirar por el microscopio o para hacer algún estudio para ver los fósiles. Los fósiles sirven para dar la edad de las rocas con bastante certeza. Sacamos muestras para hacer análisis químicos y, si tenemos presupuesto, para hacer datación radiométrica. Entonces con el mapa y todo ese tipo de datos que después se procesan, se trata de estudiar la evolución de una zona, por ejemplo cómo creció la cordillera de los Andes en la zona de San Juan o Mendoza.
–¿Cuántos años tiene la cordillera de los Andes?
–La cordillera de los Andes actual, la que nosotros vemos, empezó a crecer hace 27 millones de años. Ahora, la roca que la compone es mucho más vieja; por ejemplo hay rocas de 160 millones de años. Tomemos un lugar concreto que todo el mundo conoce, el Aconcagua: desde la parte de abajo que podemos ubicar en Puente del Inca, que está a 2700, 2500 metros sobre el nivel del mar, ahí hay roca de 270 millones de años.
–¿Y por qué empezó a crecer?
–Vamos a ver: hace 160 millones de años había un gran continente que era una pangea, es decir, todos los bloques estaban unidos en ese momento y había un tipo de compresión del lado del Pacífico que se metía debajo del continente (subducción). La historia continúa con que se empieza a abrir la parte del océano Atlántico del otro lado, y que se separa Australia, se separa la India, se separa Madagascar que quedó por ahí, se separa la Antártida y Africa de Sudamérica. Africa se empieza a separar de Sudamérica hace 160 millones, y ya había océano Atlántico hace 115 millones de años y el continente sudamericano ya era una placa totalmente independiente. Y ahí ocurren una serie de fenómenos que hacen que 30 millones de años atrás el Pacífico metiéndose debajo del continente empiece a levantar los Andes.
–¿Y qué había ahí?
–Y ahí estaban todas las rocas que ahora están a 4000 o 5000 o 7000 metros de altura metidas abajo de la superficie. Uno se podía parar en Chile y se venía caminando para aquí. La cordillera no existía.
–Y la cordillera sigue subiendo ahora.
–Sí. Y el Atlántico se sigue abriendo. Despacio.
–Cuando habla de rápido o despacio, ¿de qué valores habla?
–De la velocidad que tiene de formación de cortezas. Por ejemplo, algo que va despacio es un 1 a 2 centímetros por año y algo que va rápido es 16 centímetros por año, como la dorsal de las Galápagos, eso va rápido.
–Y el Atlántico va a uno o dos centímetros por año.
–La mitad del Atlántico va para este lado junto con Sudamérica, y para la derecha junto con Africa va toda la placa africana. Y del otro lado está la placa del Pacífico (que se llama placa de Nazca en realidad) y que es netamente oceánica y se mete debajo de Sudamérica.
–Entonces, volviendo al trabajo de ustedes, uno podría resumirlo diciendo que ustedes hacen hablar a las rocas para construir un mapa geológico de la Argentina.
–Sí.
–¿Y por qué hay que tener un mapa geológico de la Argentina?
–Bueno, digamos que es una cuestión de Estado, como se decía al principio de esta nota, porque hay que conocer el país y lo que tenemos; en el subsuelo hay minerales, hay petróleo, y todo eso forma parte del país, pero además así como se buscan minerales hay que tener conocimiento de la geología porque eso puede servir para asentar pueblos, para trazar caminos, para hacer represas, para planificar. Por ejemplo saber dónde hay agua; dentro de la geología se estudia hidrogeología; se estudia dónde hay agua. O por ejemplo no se puede hacer un asentamiento en un lugar donde se tenga caliza, porque si se tiene caliza y hay un sobrebombeo, ese sobrebombeo hace que baje la napa freática. Y al bajar la napa freática empieza a percolar la caliza y se derrumba el pueblo. Hay un ejemplo en Estados Unidos, en que ocurrió este fenómeno y está filmado cómo el pueblo se empezó a ir para abajo.
–¿Y pasó muchas veces?
–No. Si se fija, todos los pueblos del oeste de Estados Unidos están fundados sobre roca granítica. Aparentemente, cada vez que se iban al oeste con la fiebre del oro siempre había un geólogo o un tipo que conocía de geología. Fíjese que todos los pueblos están puestos acertadamente. No están puestos en cualquier lugar.
–Volviendo a la necesidad de un mapa geológico...
–Bueno, nosotros como país tenemos unos 9 o 10 minerales principales como para hacer producir y que el país avance. Por ejemplo el cobre, uranio, hierro. El hierro no es muy bueno porque está muy mezclado con fósforo (ése era el problema que tenía la mina esta que cerraron en el Sur). Plata, estaño, manganeso, potasio. Porque los minerales por ejemplo no sirven solamente para producir armas o hacer cosas de edificios; sirven para hacer fertilizantes, como por ejemplo el fósforo.
–¿Cuántas personas tiene el laboratorio?
–Más o menos 15 a 20 investigadores, más tesistas.
–Y el proyecto integral es conocer mejor los Andes.
–Es conocer los Andes, formar gente, formar geólogos, todo eso después, por lo general, todo lo que hacemos en la cordillera va a publicaciones o publicaciones internas y/o se transforman en ejemplos para dictar clases.
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