Dom 11.05.2008

CONTRATAPA

De terroristas “buenos”

› Por Juan Gelman

Que los hay, los hay. Al menos para el gobierno de W. Bush: los Mujaidines del Pueblo (MEK, por sus siglas en inglés) pasaron de la lista oficial de terroristas “malos” establecida por el Departamento de Estado a la de los “buenos”. Son disidentes iraníes que perpetraron atentados terroristas para Saddam Hussein cuando su guerra contra Irán y más que una organización es un culto. Luego de la invasión a Irak, sus miembros se instalaron en los campos de entrenamiento de Ashraf, Habib –en plena Basora– y otros con el conocimiento y el consentimiento de los ocupantes. Un reciente estudio de Human Rights Watch denuncia a lo largo de 28 páginas las violaciones de los derechos humanos perpetradas por los MEK (hrw.org, 1-5-08).

El objetivo es Irán. A mediados de marzo W. firmó una disposición secreta destinada a expandir “con una amplitud sin precedentes” la ofensiva encubierta ya en marcha contra el régimen de Teherán (www.counterpunch.org, 2-5-08). Y no se trata sólo de Irán: la directiva presidencial abarca un área geográfica muy extensa, del Líbano a Afganistán, y ensancha el tipo de operativos clandestinos a realizar. Ahora incluyen las ejecuciones extrajudiciales en las que los servicios israelíes son maestros. Desde luego, hay que financiar esas actividades.

No hubo problema: demócratas y republicanos del Congreso aprobaron a sabiendas y casi por unanimidad una partida de más de 300 millones de dólares a ese efecto. Fluirán fondos para el MEK y otras organizaciones terroristas, como el sunnita Jundullah o Ejército de Dios, que perpetra atentados en el Beluchistán iraní en la frontera con Afganistán, el Pejak kurdo iraní, los militantes árabes ahwazi del sudeste de Irán, y aun los terroristas sunnitas libaneses aliados de Al Qaida (The New Yorker, 5-3-07). La directiva incluye más acciones contra Siria: la explosión que sacudió a Damasco en febrero pasado es un anticipo de lo que vendrá y fue una sorpresa para los libaneses, acostumbrados a padecer tales acciones en su país, siempre atribuidas a Siria. La cruzada antiterrorista de la Casa Blanca se ha convertido en el financiamiento de grupos terroristas.

W. Bush es el presidente más impopular de la historia de EE.UU.: logró romper la barrera del 70 por ciento de desaprobación de sus conciudadanos, un índice que ni siquiera le asestaron a Nixon en pleno Watergate. La razón principal, claro, es Irak. Una encuesta que la cadena CNN y la Research Corporation Poll llevaron a cabo del 28 al 30 de abril pasado encontró que el 68 por ciento de los interrogados se opone a la guerra y la aprueba sólo el 30 por ciento (www.pollingreport.com, 28/30-4-08). Esa mayoría quiere la retirada parcial o total de las tropas. La falsa presunción de que el aumento de efectivos estadounidenses en Irak ha empezado a calmar la situación es otro rey desnudo. W. no encuentra más salida que la fuga hacia delante.

Los “incidentes” en el Golfo Pérsico se repiten: portaaviones estadounidenses irrumpen en sus aguas “porque el Pentágono ha ordenado a los comandantes militares que desarrollen nuevas opciones para atacar a Irán” (www.cbsnews.com, 29-4-08). Se espesan las acusaciones de que Teherán arma a los insurgentes iraquíes: “Lo que los iraníes están haciendo es matar a efectivos estadounidenses en Irak”, profirió el jefe del Pentágono, Robert Gates. Autoridades iraquíes pro EE.UU. lo han negado, pero da lo mismo. Se reitera la técnica que sirvió para invadir Irak. Como reveló la encuesta mencionada, el ciudadano norteamericano corriente está cada vez menos dispuesto a mascar vidrio.

Es posible que los demócratas ganen la presidencia en las elecciones de noviembre próximo. Esto no preocupa mucho a los neoconservadores: Hillary ha insistido en que no había que excluir el uso de bombas nucleares para “combatir al terrorismo” –léase Irán– y la postura de Obama al respecto es evasiva. El domingo que pasó fue entrevistado por la MSNBC, que había ya informado que existen planes para bombardear Irán, y se le preguntó si los apoyaría en caso de resultar electo el candidato titubeó antes de responder: “Siempre dije que, como comandante en jefe, no descarto ninguna opción militar y creo que es apropiado prepararse para (hacer frente a) todas las contingencias” (www.msnbc.msm.com, 4-5-08). ¿Es decir?

El almirante Michael Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto de las fuerzas armadas norteamericanas, declaró al canal 10 de la televisión israelí que “sería un reto muy significativo para EE.UU. entrar ahora en un tercer conflicto en esa parte del mundo”. “El designio del lenguaje político es que las mentiras suenen a verdades, que el asesinato sea algo respetable y sirva para dar una apariencia de solidez a lo que es puro viento” (George Orwell).

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux