“La carne es triste, ay...

Y ya he leído todos los libros”

Stephane Mallarmé

Paradero del azotillo

Qué se hizo del azotillo

dijo el carnicero gordo.

Lo vieron de nalga al sur

dijo el carnicero flaco

como si fuera para

el garrón y/o la pezuña:

malas juntas

indeseables

carnazas apartadas

lindantes con

el pasto / el aire / el borde externo

del cuero en cuatro patas:

el campo

que le dicen.

Todo es culpa de la vaca

que descuida sus confines.

Esos cortes asomados

duras carnes piantadinas

dice el carnicero alto

suelen tener otra idea

subversiva

de cómo son estas cosas.

Y no son como estos buenos

mansos cortes interiores

dijo el carnicero bajo:

bien atados

por la grasa y la costumbre

agarrados

por tendones

enjaulados

entre el cuero y las costillas

arropados bien envueltos

de matambre protector.

Estos cortes maricones

dice el carnicero bajo

que se creen y/o se sueñan

reyes de un reino secreto

pero que nunca salieron

a ver lo que pasa

afuera.

Y los cuatro carniceros / rápidos con el cuchillo

salen tras el azotillo / a llenarlo de agujeros

Adónde fue ese matrero

dice el carnicero gordo.

Y el azotillo de Dios

ya se baja

de la vaca

ya se azota a dos verijas

campo afuera

y ya se va

pica y se va

se arranca de la partida

carnicera

se esconde de la cuchilla

policial.

Emboscado entre los montes

el azotillo huele

otra libertad.

Los pobres cortes burgueses / lo miran cómo se escapa /

desde los ojos cautivos / abombados de la vaca

Adónde fue el fugitivo

dice el carnicero flaco

y el azotillo matrero

elige seguir al aire

no quiere transar al plato

no espera vestir de salsa

ni la parrilla ominosa

ni servilletas bordadas

ni tenedores ni papas

El azotado azotillo

prefiere dientes salvajes

acepta que lo desgarren:

muere crudo / se va en sangre.

se ha regalado a los perros.

Cagamos dicen a coro / los frustrados carniceros.

El azotillo eligió / la intemperie a los cubiertos.