Mié 21.08.2013

CONTRATAPA

Extraviando a Duke

› Por Litto Nebbia

Hace pocas semanas apareció el último disco de George Duke DreamWeaver. Inmediatamente se colocó en el primer puesto del ranking de Jazz Contemporáneo en EE.UU. Es un álbum con su personal estilo componiendo lo rítmico dentro de un ánimo “funky”, mixturado con alguna de esas baladas que tan dulcemente canta. Todo el trabajo está dedicado a Corine, su mujer, que murió hace unos meses. Cuando supe del fallecimiento del propio Duke, enseguida lo asimilé como producto de alguna situación depresiva, ya que Corine ha sido su compañera, y madre de sus dos hijos, durante mucho tiempo. Luego descubrimos que ya venía batallando con una de esas enfermedades tremendas.

Duke siempre ha estado entre mis músicos preferidos. Junto a Joe Zawinul, Wayne Shorter o Brian Auger, entre otros. Conocí a Duke cuando integraba el Cannonball Adderley Quintet, a comienzo de los ’70. Allí tocaba su piano Fender Rhodes, sacándole un sonido original, cosa que siempre logró con cualquier piano o teclado que abordara. Recuerdo que lo usaba abierto. Le sacaba la tapa quedando la máquina con las teclas al desnudo. Muchas veces, mientras duraba la performance, metía mano a la máquina y hacía que algunas notas sonaran más agudas. Lo usaba con un pedal de efecto muy popular en ese tiempo, el Ring Modulator. Después comenzó a tocar para agrupaciones de Frank Zappa. Fue una figura clave para la música y arreglos del gran Zappa, durante el tiempo que actúo con él (1969-1975). No sólo tocaba con piano y/o sintetizador las partes más difíciles de la grafía, sino que realizaba increíbles improvisaciones y, durante largo tiempo, fue la voz cantante de muchas de las canciones. Especialmente usando su bellísimo “falsetto” (oír el exquisito “Village in the Sun” del álbum Roxy & Elsewhere). Durante esos 6 años junto a The Mothers of Invention, además de realizar giras todo el tiempo, grabó en muchos de sus discos históricos. Chunga’s Revenge, Waka/Jawaka y Bongo Fury, entre tantos. De esas experiencias surgieron también las aventuras en trío con el violinista francés Jean-Luc Ponty. Pero también alternó dúos con el baterista Billy Cobham y con el bajista Stanley Clarke. Con ambos realizó numerosas giras y también registró muchos discos.

A falta de material DVD que se publicara en Argentina, basta molestarse en YouTube y poner The Mothers of Invention with George Duke para disfrutar y tomar conciencia de lo importante que era la participación en vivo de Duke para la música de Zappa.

Su carrera solista cuenta con más de 40 álbumes. Pero son innumerables las apariciones en otros discos como músico invitado y/o arreglador. Como dato ilustrativo: aparece en dos discos de Miles Davis, Tutu y Amandla.

George Duke es una luminaria musical por donde se lo busque o encuentre. Es uno de los grandes pianistas de este tiempo improvisando. Al igual que Stevie Wonder, no siente la necesidad de realizar en sus discos solos extensos ni demostrar virtuosismo. Una aparición fugaz dentro de un arreglo bien marcado y ya basta. Es un gran arreglador y también productor. Un músico de ésos que su tarea de productor está siempre relacionada con su interpretación musical. Su propio arreglo, lo toca él mejor que nadie. En memorables discos ha hecho esto junto a Dianne Reeves, Dee Dee Bridgetwater, Deniece Williams o Gladys Knight. Ha tocado en discos de jazzistas clásicos como Sonny Rollins o Dexter Gordon. También se lo escucha en un disco de Michael Jackson y en otro de Phil Collins.

Su sensibilidad lo ha llevado a espiar dentro del mundo de Brasil. En una primera etapa colaborando en muchos discos de la pareja Airto Moreira & Flora Purim. Luego produciendo al trombonista Raul De Souza. Finalmente, grabando su propio álbum A Brazilian Love Affair, donde aparecen, entre otros, Milton Nascimento. Su calidad y textura es multifacética. Sin embargo, a pesar de su gran éxito y abundante carrera, siempre ha preferido actuar en un silencioso segundo plano. Es para mí, un Músico de Músicos. Alguien que no tiene que demostrar nada y actúa por lo que sale a flor de piel, sin pensar en ningún aspecto competitivo. Duke nació el 12 de enero de 1946 en San Rafael, California, y se fue el domingo 5 de agosto de 2013. Donde sea que estés extraviado, querido George, seguimos tu rastro escuchando tanta música bella que dejaste por aquí.

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