BONO

Habiendo leído la carta del señor Ezequiel Consiglio, y en mi carácter de autor de la iniciativa legislativa por la cual se declara huésped de honor de la Ciudad de Buenos Aires a Bono, me veo en la obligación de aclarar algunos términos cuestionados.
En primer lugar, no se le otorga esta distinción por su actividad como cantante ni por su carrera artística al frente del grupo U2, sino que se lo reconoce por su labor y compromiso mundial con los derechos humanos.
Bien sabido es que preocupado por la injusticia social, Bono se ha transformado en los últimos años en un referente de la política internacional, y ha utilizado su reconocimiento público para transmitir un mensaje solidario y pacifista a los miles de seguidores que tiene U2 en todo el mundo.
Para información del señor Consiglio, para quien la distinción sancionada en la Legislatura es una mera “tilinguería”, deseo precisar que Bono ha sido varias veces candidato al Premio Nobel de la Paz y el año pasado fue condecorado como “Embajador de la Conciencia” por Amnistía Internacional.
En cuanto a mi tarea legislativa, considero que haber presentado esta iniciativa contribuye a la difusión de la defensa de los derechos humanos, y es apenas una manifestación más para promover la construcción de una sociedad más justa e igualitaria.

Alejandro Rabinovich
Diputado ARI
Vicepresidente tercero de la Legislatura porteña

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PADRES

Mi papá siempre me hablaba de su infancia en el pueblo. Aunque nunca les había faltado qué comer, vivían de manera muy humilde. Se emocionaba contando sus vivencias y hablando de su madre, me explicaba cuánto les costaba conseguir todo, detallándome cómo valoraba cada cosa que tenía, recitaba apasionadamente ese goce en las pequeñas cosas... se le dibujaba una sonrisa pícara y le brillaban los ojos. Y yo me emocionaba.
Hoy tengo 18 años, él 51... y ya no vive en ese pueblo, ya no vive en el país. La crisis que estalló en 2001 terminó con su economía que también estaba en aprietos y lo empujó al viejo continente. Eligió Italia por lazos familiares, pero como me dijo una vez, “yo no vine a Italia: yo me fui de Argentina”. Se sentía mal, expulsado por su propio país. Un exiliado.
Jorge Isaías escribió un texto hermoso: “Antes”, publicado en Rosario/12. Ahí estaba mí papá y su infancia, perfectamente delineados. Era como estar escuchándolo a él. Admito que leo este diario no hace más de un año, pero me alcanzó para descubrir la sorprendente sensibilidad de Isaías, la pasión con que detalla las pequeñas cosas, el trazo fino y delicado con que dibuja todo un mundo, con ese tono emocionado y melancólico. Gracias por compartir tu arte, gracias por reflejar a mi papá. Volví a emocionarme.

Julia Comba
DNI 32.907.931