Desde todos los medios se manifiesta con mucha liviandad la crisis provocada por Estados Unidos con respecto a Irán, tal como lo hiciera con Afganistán e Irak, y no se encara el problema con contundente seriedad, cuestionando la actitud del imperio que paulatinamente va a envolver al planeta en una guerra fratricida sin precedentes. Ni la contaminación ambiental ni una pandemia o grandes catástrofes naturales van a parangonar la destrucción y el riesgo de que esta extraña pero maravillosa especie que es el hombre desaparezca para siempre o se degrade intelectualmente, como ya lo está haciendo con la invasión cultural de la estupidez provocada ex profeso desde las usinas hegemónicas del norte continental para lograr una más fácil dominación de las masas. Al decir de Noam Chomsky, inculcan en la población “la filosofía de la futilidad”.

Yo apelo a los intelectuales, a los comunicadores racionales que informen la verdad y que así como se está educando a los jóvenes en el conocimiento de lo que fue la dictadura militar, que servilmente cumplió con los planes del imperio, lo hagan tenazmente ahora antes que sea demasiado tarde. En síntesis, que se sepa de una vez por todas que el gran terrorista en estos conflictos es el gobierno de los Estados Unidos y sus satélites tanto europeos como de Medio Oriente. No le prestemos el servicio a sus planes porque después no habrá tiempo para arrepentirse y rectificar los errores cometidos. Se vienen tiempos muy malos. Se los dice un hombre viejo.