Grande fue mi sorpresa cuando al pasar por el Congreso de la Nación, el 28 de marzo, me topé con un grupo de personas, fundamentalmente adolescentes, que se acercaron a pedirme que firmase una planilla con el lema “Tu firma por la vida”. Como seguramente la mayor parte de los argentinos, sin dudarlo firmaría “a favor de la vida”, y entonces le pedí a quien tenía la planilla me contase con mayor precisión de qué se trataba. Y no tuve suerte, lamentablemente no sabía explicarme. Entonces comencé a preguntarles a otros chicos. Era raro, ninguno me daba una información tan sencilla como el para qué era la recolección de firmas y a quiénes representaban ellos. Ya a ese momento me parecía muy raro que fuese una reunión espontánea, en tanto había carteles que identificaban a grupos de jóvenes provenientes de Salta, Mendoza, Rosario, La Plata, Mercedes, San Justo, entre otras zonas. A esa altura ya comenzaba a intrigarme y decidí acercarme a un grupo de jóvenes, parecían algo mayores, que estaban más cerca de la calle, incentivando a los automovilistas a firmar, con clima más festivo, gritando: “Toca la bocina si defiendes la vida”. Y tampoco con ellos las cosas fueron muy sencillas, pero como ya hacía algunos minutos que estaba allí preguntando, se acercó un señor, de unos sesenta años, a comentarme, con suma corrección y educación, que se trataba de una convocatoria por el fin de una campaña de recolección de firmas en repudio de toda forma de legalizar el aborto, que meses atrás había lanzado la “Escuela Virtual para Padres”, a cargo del mendocino Eduardo Cattaneo. “¿Y tiene algo que ver la Iglesia con este acto?”, pregunté. “Para nada, es una iniciativa de grupos que, más allá de que muchos de sus integrantes son católicos apostólicos romanos, llevan adelante esta campaña por cuenta propia”, respondió. Me parece muy bien le dije, pero, ¿por qué desde el inicio no dicen que juntan firmas en contra de legalizar el aborto? ¿Por qué confunden a la gente pidiendo firmas a favor de la vida? No obtuve respuestas por parte de él y sólo algunas agresiones e insultos de quienes nos rodeaban... Es cierto que estamos en democracia y todos tenemos el derecho a expresarnos. Pero también es cierto que es “perverso” hacerlo con consignas que no son claras y con explicaciones que lo son menos. Yo y seguramente muchos de los que allí firmaron estamos “a favor de la vida” y “a favor de la legalización del aborto”, porque, aunque quisiésemos evitarlo, estamos frente a un hecho consumado y no es posible tolerar “tanta muerte” por abortos clandestinos. Realmente, no sé cuál es la opinión de la Iglesia Católica sobre esta “Escuela Virtual de Padres” y me encantaría conocerla. Pero estoy segura de que, y con justa razón, nos condenaría, si quienes estamos a favor de legalizar el aborto saliésemos mañana a juntar firmas en representación de la “Escuela Virtual de Hijos” con la consigna “Tu firma por la vida de una madre”.

Fabiana Andrea Méndez

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