› Por Juan Gelman
La puso nada menos que Zbigniew Brzezinski, ex asesor de seguridad nacional de Jimmy Carter y ex copresidente del grupo que aconsejaba a Bush padre en la materia, en la audiencia pública del Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense que tuvo lugar el 1o de febrero pasado: “Es una calamidad histórica, estratégica y moral”, dijo de la guerra en Irak (www.wsws.org, 4-2-07). Recuérdese que Z. B. fue el impulsor de la ayuda norteamericana a los talibanes cuando éstos eran oposición del gobierno afgano pro URSS y provocó así la invasión soviética de ese desventurado país. Cumplió hazañas mayores. Nacido en Varsovia en 1928, Brzezinski diseñó hace ya diez años la estrategia que W. Bush intenta aplicar en Medio Oriente: el control de la producción energética de la región y el dominio imperial del mundo. Brzezinski lo estableció con todas las letras en su libro The Grand Chessboard - American Primacy and it’s Strategic Imperatives (Basic Books, Nueva York 1997). Ahora no está conforme.
“Con base en presunciones falsas –prosiguió–, (la guerra) está socavando la legitimidad mundial de EE.UU. Las muertes colaterales de civiles y ciertos abusos empañan sus credenciales morales. Impulsada por principios maniqueos y una desmesura imperial, está intensificando la inestabilidad regional.” Estas declaraciones no podían caer en peor momento para la Casa Blanca. Pese a que la mayoría de la opinión pública estadounidense quiere el regreso de las tropas, W. Bush ha comenzado a enviar más efectivos al país invadido y ocupado y propone un presupuesto militar de 623.000 millones de dólares para el ejercicio 2007/08, el más grande jamás aprobado desde la Segunda Guerra Mundial. Un pequeño detalle: no se asiste, al menos todavía, al desarrollo de una guerra mundial.
Brzezinski no se detuvo ahí y señaló la intención de Washington de atacar a Irán: “Argumentar que EE.UU. ya está en guerra en la región contra una amenaza islámica más amplia, con epicentro en Irán, es promover una autoprofecía”. Esto empezó así: el 31 de enero de este año se cerró el cuatrimestre más mortífero de toda la guerra para los ocupantes estadounidenses, les derribaron seis helicópteros en dos semanas y abundan entonces las declaraciones de militares anónimos que atribuyen esos hechos a la tecnología moderna que Teherán estaría proporcionado a los insurgentes. No parece creíble que el gobierno chiíta iraní esté ayudando a la resistencia sunnita, para no hablar de la prolongada guerra que Saddam Hussein llevó contra Irán (1980/88) con la asistencia militar de EE.UU. Ocurre que los estrategas de la Casa Blanca han olvidado una vieja lección: sólo la infantería garantiza la ocupación de un país, los bombardeos de la fuerza aérea no bastan ni aun hoy, y las tropas estadounidenses han comenzado a sumergirse en una guerra urbana. Sus bajas aumentan y no harán más que aumentar en el futuro.
Z. B. fue más lejos todavía en la audiencia senatorial. Describió “un escenario plausible para un choque militar con Irán: bastaría que el gobierno iraquí no cumpliera sus metas, a lo que seguirían acusaciones de la responsabilidad iraní en tal fracaso, luego alguna provocación en Irak o un acto terrorista en EE.UU. del que se culparía a Irán, y esto culminaría con una acción militar norteamericana ‘defensiva’ contra Irán que hundiría a un EE.UU. solitario en una pesadilla cada vez más grande y profunda, eventualmente en Irak, Irán, Afganistán y Pakistán”. Es la primera vez que un connotado miembro del establishment estadounidense sugiere la posibilidad de un autoatentado en territorio de EE.UU. para justificar una guerra contra Irán, casus belli que se ha frecuentado bastante a lo largo de la Historia.
Zbigniew Brzezinski tiene décadas de experiencia en el manejo de la política exterior de EE.UU. y mantiene relaciones estrechas con los mandos militares y los servicios de Inteligencia, pero su advertencia acerca de un posible autoatentado no pareció impresionar a los senadores del Comité. Los republicanos no se refirieron al tema y tampoco los demócratas. Z. B. mencionó en la audiencia un artículo publicado en el New York Times (27-3-06) sobre una reunión Bush/Blair dos meses antes de la planeada invasión a Irak. W. estaba preocupado por la posibilidad de que no se encontraran allí armas de destrucción masiva, expresó que era preciso buscar otro motivo para emprender la guerra y describió varias maneras de provocar una confrontación. “No voy a entrar en eso –declaró Brzezinski ante la comisión del Senado–, las propuestas eran bastante sensacionales, al menos una de ellas.” ¿Acaso un autoatentado? ¿Bush se habrá engolosinado con el método terrorista del 11/9 que justificó la guerra contra Irak?
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